Tras el triunfo de Donald Trump las principales bolsas de valores de Asia y Europa se desplomaron, augurando quizá un período de incertidumbre y miedo, no sólo en los Estados Unidos sino también a nivel mundial donde las monedas de varios países se han devaluado pues están altamente ligadas a la economía americana.
Por otro lado, las amenazas de deportar a miles de inmigrantes han preocupado a los latinos que viven en este país y a sus familiares en el extranjero, que dependen de importantes remesas. Si algo está claro para muchos comerciantes en zonas con altos niveles de inmigrantes, a lo largo y ancho del país, es que el temor tras el triunfo de Trump ha logrado que los consumidores recorten gastos y traten de ahorrar más que nunca para sortear cualquier tipo emergencia durante el nuevo termino presidencial.
Entre los más alarmados están los trabajadores indocumentados por las fuertes amenazas de deportación durante la campaña del candidato republicano. Muchos están ahorrando para contratar abogados, para regresar a sus países e incluso para tratar de traer familiares antes de que sea imposible hacerlo, de acuerdo a varios relatos en la prensa y a testimonios que he escuchado casual y directamente.
Y es entendible esta preocupación, y la preocupación incluso de inmigrantes documentados, pues la retórica de Trump durante su campaña se basó en comentarios racistas, sexistas y xenófobos que incitaban a una mayor polarización de este país, y tras su elección demostraciones y crímenes de estos tipos, y también homofóbicos, han tenido una alza considerable; entonces, ¿cómo no temer siendo una minoría?
En la ecuación socioeconómica de los Estados Unidos la variable del miedo debe ser considerada ahora más que nunca, pues gran parte de la población, documentada e indocumentada, que contribuye significativamente a la economía ha comenzado a tomar medidas preventivas que pueden resultar en un efecto dominó que podría llevarnos a una recesión sería. El impacto económico de los inmigrantes en algunas ciudades está en los cientos de millones de dólares, además de que generan miles de fuentes de trabajos para otros. Sin embargo, debido a la incertidumbre, angustia y miedo con la que ahora viven estás personas es posible que veamos que estás microeconomías colapsen y que más adelante tengamos serías consecuencias presupuestarías y económicas a nivel nacional incluso con repercusiones mundiales.
Muchos inmigrantes están viviendo en incertidumbre y la incertidumbre los hace cautelosos, limitando así el ritmo y estilo de vida que tenían anteriormente. Eso es lo que he visto y oído a mi alrededor. Si esta gente actúa con miedo y cautela es entendible. El presiente Trump no solamente se ha expresado mal contra personas con discapacidades, veteranos, periodistas, musulmanes y particularmente contra latinos, sino que también ha advertido que cambiará tratados comerciales internacionales, y desarrollará una nueva política económica basada en el proteccionismo, lo que preocupa seriamente a gobernantes y economistas pues esto podría tener repercusiones serias en todas partes. Sin embargo, todavía es demasiado pronto para juzgar el futuro de este país. Ojalá que la evidencia de que latinos están gastando menos y angustiándose más tras la elección presidencial sea algo temporal y de corto plazo.
El miedo es paralizador y para muchos el temor a perder lo ganado durante una vida de trabajo, de ser víctimas de crímenes raciales, o de tener un futuro incierto está más presente en sus vidas que nunca y afecta su modus vivendi. Análisis financieros a finales de año nos dirán oficialmente si las cifras de ventas en zonas con alta concentración de inmigrantes realmente han bajado. Y sólo el tiempo nos dirá lo que el gobierno de Trump deparará para las minorías de este país, y para la economía nacional y mundial.
Yo no me siento muy optimista, pues considero que un buen líder no es el que divide a las personas ni busca chivos expiatorios, y desde las elecciones hemos visto desunión y aversión contra minorías. Sin embargo, tengo esperanza de que las personas no permitirán que las venza el miedo y de que no caeremos en un pánico colectivo.
Por otro lado, también creo que mucha de la retórica de Trump no ha sido más que un show para ganar votos, y que él que ha estado inmerso en tantos negocios conoce el poder e importancia del inmigrante documentado e indocumentado para continuar desdeñándolo ya desde la presidencia.
Esperemos que el miedo sea sólo pasajero.