Con la derrota de los Medias Rojas por 4-3 ante los Indios el lunes en el Juego 3 de su Serie Divisional de la Liga Americana, no sólo terminó la temporada de los Patirrojos, sino toda una era con el retiro de David Ortiz.
«Big Papi», quien cumplirá los 41 años de edad el próximo mes, había anunciado con amplio tiempo que el 2016 sería su última campaña como jugador activo de Grandes Ligas.
«Aun si las cosas no terminaron como nosotros queríamos, fue un paso importante para la organización porque fue como si de la noche a la mañana pasáramos de ser un equipo malo a ser un equipo bueno», dijo Ortiz, refiriéndose al título divisional de los Medias Rojas este año.
En una de las mejores temporadas de su vida, o al menos de las últimas, el (a partir de hoy) ex jugador de los Medias Rojas de Boston ha dejado una huella imborrable en la retina de los aficionados del Monstruo Verde. Capaz de ser querido por todos y homenajeado en todos los parques que ha visitado esta temporada.
Ahora los Red Sox tiene la complicadísima papeleta de reforzarse para la temporada que viene y tapar un hueco enorme (no me malinterpretéis) que deja en el vestuario de los Red Sox, y más ahora que ha conseguido por fin ser un equipo joven pero a la vez muy competitivo. Colgándole la etiqueta de ser uno de los mejores, y más prometedores equipos en las Grandes Ligas.
Hasta siempre, 34.