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¿Por qué Colombia dijo «No»? Claves para entender esta decisión democrática

¿Cómo es posible que un país tire a la basura un acuerdo que le pondría fin a un conflicto armado que lleva más de medio siglo y costó la vida de más de 200.000 personas, un pacto que fue negociado arduamente durante cuatro años?

Suena difícil de creer, pero sucedió este domingo en Colombia.

En las urnas, el «No» se impuso por muy estrecho margen en el plebiscito por el acuerdo de paz alcanzado entre el gobierno de ese país y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).

Buena parte del mundo se preparaba para saludar el fin de la guerra en Colombia, pero los resultados de la votación muestran que la añorada paz con ese grupo armado será más difícil de alcanzar de lo que se pensaba.

Con el 99,98% de los votos escrutados, 50,21% de los colombianos dijeron que «No» y 49,78% dijeron que “Sí».

Examinamos algunas posibles causas:

Descontento con los puntos del acuerdo

Los colombianos quieren la paz, pero los resultados del domingo muestran que el país no está de acuerdo en cómo conseguirla.

«A los jóvenes colombianos les digo esto: la paz es ilusionante, los textos de La Habana decepcionantes», dijo el expresidente Álvaro Uribe, el abanderado de la campaña del «No» en el referendo.

«¿Por qué un guerrillero va a recibir un subsidio de 1.300.000 pesos? (450 dólares) ¿Y yo qué? Yo gano 700.000 pesos (242 dólares) y nunca maté ni secuestré a nadie», era una de las frases más repetidas por gente de a pie en referencia a la ayuda económica que el gobierno le iba a entregar a los desmovilizados para que se reintegraran a la sociedad.

Desconfianza en las FARC

Los impulsores del «no» cabalgaron en el profundo descrédito del grupo guerrillero. La opinión pública no reaccionó como el Gobierno esperaba a los actos protocolarios del lunes pasado.

Resentimiento

La mitad de los colombianos guarda un fuerte resentimiento hacia aquellos que abrazaron la guerrilla como medio de vida y de expresión política.

«¿Por qué los guerrilleros no van a ir presos? Si quieren dejar las armas que las dejen. Si quieren entrar en política que entren, pero que primero vayan a la cárcel», era la segunda gran piedra en el zapato para los impulsores del Sí.

El voto urbano

Mientras el conflicto está en las zonas rurales, la mayoría de los votantes se encuentran en las ciudades. El opositor Álvaro Uribe supo aprovechar el caudal electoral en determinadas regiones como en el central departamento de Antioquia. Importantes capitales nacionales dijeron ‘no’. Esta opción se impuso en Medellín, Villavicencio, Ibagué y Cúcuta.

Abstención

Menos del 38% de los votantes habilitados para sufragar en el plebiscito acudieron a las urnas. Si bien es cierto que la alta abstención el Colombia ha sido un clásico, en esta ocasión fue más alta que históricamente. Puedo haberse incrementado aún más por las tormentas que azotaron la región caribeña de Colombia.

El coletazo del huracán Matthew restaron participación en un lugar clave. La Costa era el bastión del sí, pero las fuertes lluvias hicieron de esta una jornada atípica.

Menos de 60.000 votos separaron al «No» del «Sí» al acuerdo de paz.

Uribismo

El expresidente Álvaro Uribe es un peso pesado de la historia nacional. Solo de ahí se entiende que haya ganado el ‘no’, a pesar de tener todo en contra: el momento nacional, la maquinaria del Estado y el apoyo incondicional de la comunidad internacional.

Esta jornada nos deja más preguntas que respuestas:

¿Cómo se recuperará Santos de semejante golpe político cuando le restan aún dos años de gestión? ¿Con el triunfo del No vuelve Álvaro Uribe a ser una opción de poder? ¿Cuánto influyó la baja adhesión popular que tiene hoy por hoy el gobierno nacional? ¿El triunfo del No es una derrota para todos los políticos? ¿Qué dirá el papa Francisco, después de haberse jugado tan abiertamente para el Sí? ¿Y Estados Unidos?

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