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Esta semana, Ortiz estará jugando sus últimos tres partidos en Nueva York si cumple con su promesa de concluir su carrera de 20 años en las Grandes Ligas.

A los 40, Ortiz es más popular que nunca y, de alguna manera, casi tan bueno como siempre.

“Big Papi” ha llegado a querer tanto al estadio como a la ciudad. Quizás por sus 31 cuadrangulares en 114 partidos en los dos estadios de los Yankees. Tal vez porque Ortiz, natural de la República Dominicana, siente afinidad por un área con una población significativa de República Dominicana.

Ortiz jugó su primer partido en el viejo Yankee Stadium en 1998, cuando estaba con los Mellizos de Minnesota, y sintió una conexión inmediata, aun cuando no conectó en 4 intentos. Ortiz recuerda lo impresionante que era entrar en el edificio y sentir la magnitud de su historia. El significado de cada visita se ha incrementado desde entonces.

La rivalidad entre los Medias Rojas y los Yankees puede haber alcanzado su cenit, mientras Ortiz jugó en Boston. En el 2003, los dos equipos jugaron una épica serie de siete juegos por el Campeonato de la Liga Americana, en la que los Yankees se impusieron.

Al año siguiente, los Medias Rojas se recuperaron de una desventaja de 3-0 y llegaron a ganar la Serie Mundial, poniendo fin a una sequía de títulos de 86 años de Boston, luego han ganado dos títulos más durante la carrera de Ortiz.

Ortiz y los Medias Rojas llegaron al estadio de los Yankees con un aire de confianza. Esta temporada, Boston es casi seguro que gane el Este de la Liga Americana y Ortiz es candidato firme para el premio de jugador más valioso, sacando 37 cuadrangulares y con un impresionante O.P.S. de 1.039 O.P.S.. Tercero más alto de su carrera.

La realidad es que David Ortiz se convirtió en ese gran jugador en parte gracias a los Yankees, como el mismo lo expresa en un texto que escribió, ‘Thanks for the memories, New York’ en ‘The Players Tribune’ para despedirse de sus fans de New York.

La relación del Big Papi con New York va más allá del juego mismo: “ Nuestra rivalidad con los Yankees me hizo lo que soy. La intensidad de la competencia es lo que voy a extrañar más cuando haya terminado”.

David expresa en su artículo, de manera fantástica, el respeto y lo que significa para los dominicanos la ciudad de Nueva York y los Yankees.

“ Jugar contra los Yankees era simplemente diferente. Era la guerra.

Tienes que entender lo que significaba para mí, Pedro y Manny – tres chicos de la República Dominicana. En nuestro país, los Yankees son enormes. En aquella época, eran más o menos el único club de Grandes Ligas en la televisión. Cuando caminabas por Santo Domingo en los años 90, veías tantas gorras de los Yankees.

No Red Sox. No Cardinals.

Yankees, Yankees, Yankees.

Tengo amigos y familia que me quieren, pero hoy, todavía son fanáticos a muerte de los Yankees.

Ahora, es un poco diferente. Pero en esa época, todo el mundo en mi país soñaba con ir a Nueva York. Ni siquiera como un jugador de béisbol, estoy hablando sólo por la oportunidad de tener un trabajo regular. Mirábamos a la ciudad de Nueva York como el sueño americano. Los Yankees eran como un símbolo de todo. Si llevabas un sombrero de los Yankees, tal vez tu primo o tío te lo había enviado desde Nueva York, era un símbolo de todo lo que soñabas ser.”

Este último encuentro seguramente traerá muchas emociones para un dominicano que cómo él mismo dice “Nació para jugar contra los Yankees”.

Esta rivalidad convirtió al “Big Papi” en un jugador legendario y él está muy agradecido no sólo de ser un ‘Bostoniano’ querido y adorado por su ciudad sino de haberse convertido en uno de los contrincantes más importantes en la historia de los míticos Yankees.

“ Fanáticos de los Yankees, tengo una última cosa que decirles.

Gracias. De verdad. Ustedes sacaron lo mejor de mí.

Cuando me abuchean, es una de las mejores sensaciones del mundo.

No voy a mentir. A veces cuando salgo de la cama en la mañana, es como, Maldita sea. ¿Qué pasó? Estoy viejo. Me toma mucho tiempo conseguir que mi cuerpo esté listo para los juegos ahora. Pero les garantizo esto. Cuando nuestro autobús se detenga en el Yankee Stadium hoy, voy a estar listo. Y cuando escuche que me abuchean, voy a tratar de golpear la bola sobre la cerca blanca, todo el camino hasta ‘el hijo de su …. madre choo choo train. Mis respetos».

www.diariorepublica.com

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