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El Planeta tuvo la oportunidad de conversar con dos bailarinas latinoamericanas del Boston Ballet, quienes afirmaron que el ballet no es una actividad elitista sino una danza con contenido variado para ser disfrutada por todo tipo de audiencias y bailarines.

Diana Albrecht, originaria de Paraguay, practica el ballet desde los tres años de edad. Ella bailó en el Washington Ballet durante seis años y desde el 2011 en el Boston Ballet donde actualmente es segunda solista.

Erica Cornejo, originaria de Argentina, practica el ballet desde los cuatro años. Bailó en el American Ballet por nueve años y ahora es bailarina principal del Boston Ballet.

“Hay una percepción de que el ballet es elitista, pero es mucho más que solo ballet [clásico]”, dijo Albrecht. “Hay programas contemporáneos con música actual y creo que la gente todavía no conoce a fondo todo lo que puede adquirir asistiendo a un show y disfrutando de una presentación. Es importante animarse a conocer”.

Cornejo expresó que no hace falta saber de ballet para disfrutarlo. “El ballet no es solamente pararse en puntitas”, dijo Cornejo. “Muchos ballets tienen historias de fondo, por ejemplo con algunas obras incluso la gente se ríe, las entienden sin necesidad de palabras. Hacemos todo tipo de obras para todas las audiencias. Uno no tiene que conocer de ballet para disfrutarlo”.

Y es que no es necesario conocer los nombres de las rutinas o movimientos que hacen los artistas del ballet en el escenario. Basta dejarse llevar por obras como las que monta Boston ballet para sumergirse en mundos mágicos en los que emociones se transmiten por medio de movimientos. Así podemos ver bailarinas transformarse en cisnes o en muñecas, sin necesidad de efectos especiales. Lo hacen frente a nuestros ojos gracias a años de sacrificio, esfuerzo y dedicación.

Ambas ballestitas afirmaron que para el bailarín el ballet es una disciplina que requiere de esfuerzos tanto físicos como mentales. Enfatizaron en la importancia de perseverar para alcanzar sus metas pero disfrutando del día a día, pues esta danza se lleva acabo en temporadas anuales y nada garantiza que un bailarín permanezca de una temporada a otra.

Lo importante para el bailarín “es mantenerse en forma y mantener su nivel trabajando fuerte y trascendiendo”, dijo Albrecht. “Es un trabajo en el que tienes que superarte cada día, pero lo que te da más satisfacción es saber que estás haciendo algo que te gusta y ver cómo el sacrificio es recompensado”.

“[Lo mejor de trabajar con Boston Ballet] Es la satisfacción de hacer algo que nos encanta”, dijo Cornejo. “La satisfacción de sentir que uno está haciendo algo bien. Uno tiene que disfrutar el día a día y dar lo mejor”.

Las bailarinas enfatizaron los retos que presenta la disciplina. “Lo más duro es el ritmo”, dijo Albrecht. “Los bailarines trabajan más de diez horas diarias en lo físico y técnico, y hasta en días libres. Es muchísima la preparación física, pero también mental porque tenemos que lidiar con las críticas diarias”.

Pese a trabajar jornadas largas, los bailarines no se despegan de parte de su profesión al salir del teatro. “No es un trabajo que termina cuando se acaba el día. Llegamos a casa y todavía nos queda la coreografía en la cabeza”, dijo Albrecht. “Cada paso tiene su cuenta, su melodía y uno constantemente repasa en la cabeza”.

Sin embargo, ambas coincidieron en que la organización es clave para sus vidas personales y para hacer tiempo con sus familias.

Cornejo explicó que el ritmo del ballet y la edad hasta la que este se puede practicar depende de cada individuo. “La manera de entrenar nuestro cuerpo es tan extrema que todo tiene su tiempo”, dijo Cornejo. “La edad a la que decidas retirarte en el ballet depende de un montón de cosas: de la persona, de la coreografía. En mi caso he tenido la suerte de bailar prácticamente todos los ballets que he deseado y estoy contenta con mis logros”, agregó Cornejo quien aspira a abrir una compañía de danza con su esposo para dedicarse a enseñar.

En cuanto a las lecciones que deja el ballet, Albrecht afirmó que le ha enseñado mucho más que movimiento. “Te enseña valores para la vida: a ser disciplinado, a valorar el esfuerzo y el tiempo. Pero si lo tomas como profesión, tienes que perseverar y enfocarte en tu metas sin desanimarte por los retos porque son parte de la carrera”.

Ambas bailarinas se están presentando en Swan Lake y en el Mixed Program del Boston Ballet.


¡VAMOS AL BALLET!

Swan Lake | Presentándose hasta el 26 de mayo

Mirrors | Presentándose hasta el 28 de mayo

Tickets a partir de $35 para Mirrors y $55 para Swan Lake

Para comprar boletos visite: bostonballet.org o llame al (617) 695-6955.

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