En el fútbol universitario, Lawrence Phillips asomó como una de las grandes figuras camino a la NFL. Durante algunos años, sus números como corredor sorprendieron a varios. Sin embargo, sus violentas actitudes afuera de la cancha lo privaron de una vida de lujo entre los millones del fútbol americano. Ayer, a los 40 años, falleció en la cárcel, donde afrontaba varios años de condena por diversos delitos. La historia de un hombre que pudo ser estrella, pero terminó tras las rejas.
Entre 1993 y 1996, Phillips fue una de las grandes figuras del fútbol americano universitario. Jugaba en la Universidad de Nebraska, pero no todo era felicidad. En aquellos años, fue detenido por haber golpeado a su novia. La había arrastrado por las escaleras de un centro comercial. No obstante, al haber quebrado todas las marcas del equipo, el entrenador tomó una insólita decisión: perdonó aquel terrible acto de violencia para que siguiera jugando.
Phillips, durante su fugaz paso por Miami Dolphins. Foto: Archivo
En 1996, fue el sexto elegido en el draft de la NFL. Firmó un contrato de lujo, casi seis millones de dólares con los Saint Louis Rams, pero duró poco bajo los flashes del deporte más popular de los Estados Unidos. Rápidamente, se fue de ese equipo para pasar a Miami Dolphins, en el que disputó apenas dos partidos. Emigró a Europa y regresó en 1999 para ponerse la camiseta de los San Francisco 49ers. Fue su último momento de gloria. Su carrera llegó al final cuando fue acusado de no defender a un compañero dentro de la cancha: Steve Young sufrió un golpe que lo dejó con conmoción cerebral y lo obligó a abandonar la NFL.
Phillips se mudó a otros equipos menores, incluso a la liga de Canadá, pero siempre lo echaron de los equipos por su conducta antideportiva.
En 2005, su vida dio un vuelco: fue detenido en Los Ángeles tras atropellar y matar a tres jóvenes. La policía, además, lo buscaba por dos denuncias de ex novias por violencia de género. Así comenzó un juicio que terminó con 10 años de prisión para el ex jugador de la NFL.
Phillips en el fútbol universitario. Foto: Archivo
Mientras cumplía por estos delitos, Philips fue condenado en agosto de 2009 por el asalto a su ex novia Amaliya Weisler por siete cargos distintos. El 18 de diciembre 2009, fue condenado a 25 años más de prisión. Ingresó al Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California el 16 de octubre de 2008 y fue encarcelado en la prisión estatal de Kern Valley. Phillips estaba obligada a servir por lo menos el 85 por ciento de su condena.
En abril del año pasado, su compañero de celda apareció muerto. Si bien no lo confirmaron, Phillips fue el principal sospechoso. Mientras la investigación avanzaba, Phillips decidió quitarse la vida. Ayer, apareció muerto en la cárcel. Las primeras noticias hablan de un suicidio. Quien pudo ser una estrella de la NFL terminó siendo un delincuente que murió en la soledad de una cárcel.
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