La noche del tercer debate presidencial republicano, se produjo una manifestación sin precedentes a la que acudieron unos 30 representantes de los principales grupos conservadores hispanos, quienes emitieron una severa advertencia a todos los candidatos: Abstenerse de practicar la retórica anti-inmigrante en la campaña electoral o de lo contrario se niegan a apoyar su candidatura para la casa Blanca.
La manifestación, que tuvo lugar a menos de una milla del lugar del debate en el campus de Boulder en la Universidad de Colorado, fue organizada por la American Principles Project’s Latino Partnership.
También asistieron los líderes de otros grupos de base, incluyendo Latino Coalition, Hispanic Leadership Fund y National Hispanic Christian Leadership Conference, todos grupos clave de apoyo a los republicanos entre la comunidad latina.
Los funcionarios presentes dijeron que ninguna campaña o partido había patrocinado la reunión, sino que los activistas conservadores salieron por cuenta propia a condenar la retórica anti-inmigrante sobre la comunidad hispana.