Los críticos del modelo de desarrollo del fútbol de Estados Unidos han lamentado durante mucho tiempo a los jugadores que cayeron en el olvido, los niños de las zonas urbanas con historial de inmigración cuyos talentos no fueron descubiertos porque no eran parte de la estructura de algún club establecido o no se ajustaban a la institución universitaria.
Después de llegar a Boston de Cabo Verde a la edad de 19 años, con mucha habilidad pero poco dominio del idioma Inglés, Wuilito Fernandes era el principal candidato a sufrir ese destino. En cambio, se ha convertido en uno de los jugadores universitarios más respetados del país y lo logró en una escuela que ni siquiera estaba en la 1era División cuando él empezó allí.
UMass Lowell ha hecho avances impresionantes desde que llegó a la máxima categoría de la NCAA en 2013, surgiendo desde el último lugar en el Este de los Estados Unidos al tercero en una sola temporada, y los River Hawks lograron eso con un equipo con base primordialmente local: De los 29 jugadores en la lista de este año, 21 provienen de Massachusetts.
Pero ninguno de ellos ha tenido un impacto mayor que el que tuvo Fernandes, el único residente de Nueva Inglaterra entre 30 hombres nombrados en la lista de observación para el Premio MAC Hermann, presentado al jugador más importante del país. Teniendo el riesgo de ser un tesoro escondido, él ha surgido como la joya de la corona de un programa en aumento.
“Creemos que hay mucho talento en Massachusetts” dijo el entrenador de UMass Lowell Christian Figueroa (North Andover, Mass). “Y hay una gran cantidad de jugadores que son similares a Wuilito que están ocultos. Si hacemos un buen trabajo y vamos a los juegos y buscamos por debajo de cada piedra, podríamos llegar lejos con un joven [así] en un año o uno cada dos años, y eso para nosotros es un éxito … porque hay historias por ahí que no se han escuchado todavía. Si podemos encontrar esas historias y esos jugadores, tan solo ellos podrían ayudar a nuestros programas”.
Figueroa descubrió a Fernandes cuando los dos estaban jugando en equipos opuestos en la final de Copa de la Liga de Fútbol de Massachusetts 2011.
Por su edad, Fernandes no podía jugar con el equipo de su colegio y por eso jugaba en ligas de adultos. Así conoció a un entrenador que lo presentaría a Figueroa. Sin embargo, para que Fernandes pudiera jugar para Figueroa, el joven debía ser elegible en el aspecto académico. Así Fernandes se puso como meta lograr el puntaje de SAT necesario, y no dejó de insistir hasta que cumplió ese objetivo.
“A pesar de que no sabía nada de inglés yo estaba tratando de aprender tan rápido como pudiera”, dijo Fernandes quien actualmente tiene 25 años de edad sobre su experiencia al llegar a Boston. “Una vez que entré al high school y conocí a un par de amigos les decía ‘no me hablen en mi idioma porque estoy tratando de aprender, háblenme en inglés porque no me da miedo cometer errores, no me da miedo hablar’. Hacía lo que podía para aprender el idioma”.
Después de jugar en la división de adultos de Boston International, la División Norte de Boston City League, la MSSL y la New England Luso American Soccer Association; Fernandes llegó con mucha experiencia en la cancha a UMass Lowell en 2012. Jugando con la universidad ganó el premio America East All-Rookie, y un premio al primer equipo del All-Conference.
Fernandes ha triunfado en el aspecto académico estudiando manejo de negocios en UMass Lowell pero ser un jugador de fútbol profesional siempre ha sido su sueño. Y es que con su talento a la vista de todos, él está en proceso de convertir su sueño en realidad.
Este es una versión resumida y en español del artículo “From Hidden Gem To Crown Jewel”, escrito por Tim Bresnahan (@tbres7) y que apareció en el New England Soccer Journal de Octubre, 2015. Para leer el artículo completo en inglés, visite: www.nesoccerjournal.com.