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Marcus Smart es denunciado por un antiguo compañero

El joven líder de los Boston Celtics, Marcus Smart, ha sido acusado por un antiguo compañero, el también base en la Universidad de Oklahoma, Stevie Clark, por “novatadas y falta de respeto” hacia su persona.

Según la denuncia presentada por Clark el pasado miércoles en el juzgado de Oklahoma, fue obligado a tomar “drogas psicotrópicas” por su entrenador cuando se presentó ante este para quejarse del hostigamiento al que le estaba sometiendo el ahora base de los Celtics.

“El entrenador Ford incitó a Stevie a tomar los medicamentos si quería seguir practicando con el equipo”, dice la denuncia “Stevie comenzó a experimentar los efectos secundarios de la medicación casi inmediatamente, que se manifiesta en pensamientos suicidas y homicidas, así como un comportamiento errático.”

En adición, también acusa a su entrenador de incumplir una serie de promesas que le hizo durante su reclutamiento, como el hecho de entregarle un Camaro que nunca llegó a sus manos. El jugador de 5-10 pies de altura llegó como un gran proyecto pero las cosas pronto se empezaron a torcer cuando un 3 de Febrero fue expulsado tras haber sido acusado de “ultraje a la decencia pública” por orinar desde un vehículo en movimiento (¡!). Por si esto fuera poco, un mes antes, el 4 de Enero ya había sido arrestado por posesión de marihuana.

Con estos antecedentes en la mano y tras haber revisado la denuncia, un portavoz declaró que “la Universidad de Oklahoma State ha revisado la denuncia del señor Clark y sus afirmaciones carecen total y absolutamente de fundamento”.

Por su parte, el ex-jugador declara que fue utilizado como “chivo expiatorio por sus compañeros de equipo” cuando la marihuana fue encontrada en su habitación “dañando irremediablemente la reputación de Clark e impidiendo cualquier posibilidad del jugador de jugar algún día en la NBA”. Así, solicita “daños compensatorios y punitivos, incluyendo daños especiales generales, y ningún alivio adicional que el tribunal estime conveniente”.

Solo el tiempo dirá cómo acaba esta historia. Quizás el tribunal encuentre que el jugador es simplemente un joven que cometió demasiados errores y que ahora busca una salida poco digna, o si se trata de una víctima que solo busca limpiar su nombre y ser recompensado. De momento, parece que Marcus Smart va a tener que acercase a los juzgados.

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