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El Festival de Cine Mostra de Venecia recibió con fuertes aplausos Spotlight, un sólido filme lleno de estrellas -Michael Keaton, Mark Ruffalo o Rachel McAdams- que narra con precisión quirúrgica la investigación periodística que destapó los abusos sexuales a menores en la iglesia católica de Boston.

Presentada fuera de competición, Spotlight muestra unos abusos «diabólicos, cometidos contra niños inocentes», un «doble abuso», físico y espiritual puesto que venía de sacerdotes y las víctimas pertenecían a familias para las que la religión era muy importante, explicó hoy en rueda de prensa el director del filme, Tom McCarthy.

Muchas de estas víctimas no tuvieron el apoyo de sus familias ni de la comunidad y cayeron en el abuso de drogas e incluso en el suicidio.

«Muchos de los que sobrevivieron, aún luchan contra ello», agregó McCarthy.

Unos abusos continuados e impunes que desde los años 60 cometieron más de un centenar de sacerdotes solo en Boston, con la connivencia de la jerarquía de la iglesia católica y, lo que es peor, de toda la comunidad.

Porque no solo fue la iglesia. Fueron el Boston Globe (por su tardanza en reaccionar), las familias influyentes de Boston, la Policía, el cuerpo legislativo, los políticos, otros medios de comunicación, las escuelas, la administración.

«Todos echaron una mano en cegarse los ojos los unos a los otros», afirmó el actor Mark Ruffalo, que interpreta en la película a uno de los cuatro periodistas del Boston Globe que destaparon el escándalo dentro de un equipo de investigación denominado Spotlight, que aún hoy existe.

El Papa lleva a la Iglesia al Siglo XXI

En opinión de Ruffalo, la película ofrece una «gran oportunidad a la iglesia católica para que logre sanar las heridas, no solo de las víctimas, sino toda la gente que ha perdido su fe debido a la revelación de estas historias».

«Espero que el Vaticano use esta película como una perfecta oportunidad para solucionar estos problemas, no solo para las víctimas, sino para todas las personas que perdieron su orden interno en este mundo caótico (…) y que el papa use esta sobria historia judicial para sanar también a la iglesia», agregó.

Pese a todo, el actor se mostró pesimista y aseguró que no espera «ninguna reacción» de parte de la iglesia, al contrario que uno de sus compañeros de reparto Stanley Tucci -que interpreta a uno de los abogados de las víctimas-, quien consideró que el papa Francisco «es extraordinario», está llevando a la iglesia católica al Siglo XXI y es el único que puede parar estos abusos.

Mientras que el realizador, aunque aseguró que compartía esa idea y tenía «grandes esperanzas» en el papa Francisco, se mostró «pesimista sobre los cambios» porque «las palabras son una cosa y las acciones otra».

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