Desde principios de septiembre, algunos empleados estatales que trabajan para el Departamento de Transporte de Massachusetts se colarán en trenes del Commuter Rail de la MBTA haciéndose pasar por pasajeros corrientes, para evaluar comportamientos de pasajeros y personal de la red ferroviaria.
Como una especie de infiltrados, estas personas se encargarán de informar extraoficialmente situaciones como por ejemplo, si los pasajeros están evadiendo el pago de las tarifas, o si los conductores de los trenes están tomando las medidas adecuadas para garantizar que los pasajeros paguen, entre otras.
«Nos van a reportar lo que ven», dijo Astrid Glynn, administradora de tránsito de MassDOT. Los detalles del programa, como por ejemplo cuántos infiltrados va a haber y con qué frecuencia, no se han conocido todavía.
La jefa de transporte de la gobernación, Stephanie Pollack describió el programa como una «forma continua de asegurarse de que tenemos una idea precisa de la forma en que nuestros clientes están experimentando el servicio».
El Commuter Rail es operado por Keolis, una firma francesa que ganó un contrato de $2700 millones de dólares por ocho años.
El contrato se inició en julio de 2014, pero la compañía se ha visto afectada con fuertes multas relacionadas con la limpieza y el desempeño del servicio, especialmente tras el invierno pasado, que se cuenta entre los más fuertes en la historia de nuestra ciudad, y que paralizó el servicio de transporte público en varias oportunidades.