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A pesar del aumento de casos de la enfermedad de Lyme, Massachusetts no invierte dinero en su prevención

Este artículo fue traducido por Tibisay Zea para El Planeta y autorizado por el New England Center for Investigative Reporting, una organización de noticias independiente y sin fines de lucro con sede en Boston University y WGBH News.

La versión original fue escrita por la reportera de investigación Beth Daley, quien puede ser contactada por email: bdaley@bu.edu o por Twitter: @bethbdaley


El estruendo que provocan los camiones de plaguicidas que circulan al amanecer se ha convertido en un rito de primavera en casi 200 comunidades de Massachusetts. El estado gasta $11 millones de dólares cada año en control y conteo de plagas y en educar a los residentes sobre cómo evitar las enfermedades transmitidas por mosquitos, tales como el virus del Nilo Occidental.

Sin embargo, no hay fondos estatales dedicados a prevenir enfermedades transmitidas por garrapatas. Una de ellas, llamada Lyme, infecta a al menos 5.500 residentes al año en Massachusetts, y probablemente a muchos más que no se han identificado. La enfermedad es más notoria después que termina el invierno: la nieve aísla a las garrapatas de las bajas temperaturas y de la alta mortalidad que se genera en el invierno, según explican algunos entomólogos.

La enfermedad de Lyme se ha extendido por todo Massachusetts en los últimos 40 años, y se ha convertido en una de las infecciones más frecuentes de la región. Sin embargo, las prioridades de salud pública del estado no han seguido este mismo ritmo. Hace dos años, una comisión estatal especial conformada para abordar el problema de la enfermedad de Lyme sugirió una modesta inversión de menos de $300.000 dólares destinados a un programa de educación pública. Sin embargo, hasta los momentos no se ha hecho ninguna inversión, ni tampoco se han adoptado otras recomendaciones específicas que hizo la comisión, tales como promover una mayor conciencia en la comunidad médica para lograr una mejor vigilancia de la enfermedad.

«El Estado debe dar un paso adelante», dijo Larry Dapsis, entomólogo y coordinador de un proyecto para control de garrapatas en el condado de Barnstable, el único programa de educación pública sobre estos insectos que hay en todo Massachusetts. Hacer seguimiento a los mosquitos que transmiten el virus del Nilo Occidental puede ser equivalente a «buscar una aguja en un pajar», opinó Dapsis. «En el caso de las garrapatas nos fijamos en el paisaje y, bueno, da miedo».

Hay por lo menos seis enfermedades transmitidas por garrapatas en Massachusetts, y los expertos esperan que pronto haya más: La garrapata Estrella Solitaria, que puede transmitir varios patógenos y provocar una extraña alergia a la carne roja, fijó su residencia en el territorio continental de Massachusetts el año pasado en Sandy Neck Beach Park en West Barnstable. En 2013, una nueva enfermedad humana transmitida por garrapatas –borrelia miyamotoi– fue reportada en el Nordeste de Estados Unidos y ha afectado a decenas de personas en Massachusetts: En 2014, el Hospital de Cape Cod reportó 26 casos.

«Cuando vigilamos los mosquitos, también estamos tratando de comunicar el riesgo que representan para las personas y cómo evitar contraer una enfermedad. Esto hace falta con las garrapatas», dijo Chris Horton, superintendente del Proyecto de Control de Mosquitos del Condado de Berkshire en Pittsfield, uno de los 11 distritos que cuenta con control de mosquitos en el estado. El condado de Berkshire tiene la incidencia más alta de anaplasmosis, una enfermedad transmitida por garrapatas que puede causar fiebre, escalofríos y confusión, con 41 casos registrados por cada 100.000 habitantes en el año 2013. En los condados de Hampshire y Worcester hay menos de 2 casos por cada 100.000 habitantes, las tasas más bajas del estado.

Pocos se quejan de la efectividad del control de mosquitos en Massachusetts. Todo empezó en parte por el factor de molestia que producen las picadas, que ha servido para tratar de prevenirlas y con ello limitar las amenazas de enfermedades. Y según muchos sostienen, eso funciona: Normalmente menos de 30 personas al año son diagnosticadas con el virus del Nilo Occidental y aún menos por encefalitis equina oriental.

La representante estatal Carolyn Dykema, una demócrata de Holliston, presentó un proyecto de ley este año por tercera vez para ampliar el control de plagas en los distritos e incluir las garrapatas, pero pocos expertos esperan que esta idea gane tracción.

«(Las garrapatas) se controlan de manera muy diferente», en comparación con los mosquitos, explicó Horton. Por ejemplo, los mosquitos están en el aire en momentos concretos del día en los que se les pueden atacar con pesticidas, y el producto se puede rociar directamente en el agua donde se reproducen. Las garrapatas, por el contrario, no son muy móviles, se pueden encontrar en varios tipos de paisajes, y las poblaciones pueden variar dramáticamente, incluso en distancias cortas.

Los funcionarios estatales reciben alrededor de $40.000 al año en fondos federales para apoyar la vigilancia de la enfermedad de Lyme y promover la educación, y las autoridades aseguran que hay otras tareas por hacer relacionadas con el Lyme que no están cubiertas por ningún ente específico del estado, pero que son parte de la financiación general del departamento.

En gran parte, los funcionarios estatales dicen que se están centrando en la educación de los residentes para que se protejan a sí mismos con chequeos de garrapatas, cubriéndose cuando están al aire libre, y usando aerosoles contra insectos en el calzado y la ropa.

«Consideramos que la divulgación que hacemos es de importancia crítica, y que no se ha detenido», aseguró Katie Brown, veterinaria de salud pública del estado. Un epidemiólogo estatal, dijo, está desarrollando presentaciones multimedia sobre las garrapatas que están a disposición de las escuelas, y los funcionarios han creado vídeos al servicio público el año pasado que pueden ser utilizados por las juntas locales de salud y por el público.

Por lo general,  los estados del nordeste no hacen mucho para prevenir las enfermedades transmitidas por garrapatas, aunque en noviembre los votantes de Maine aprobaron $ 8 millones de dólares para un laboratorio que llevará a cabo investigaciones sobre el tema en la Universidad de Maine en Orono, en 2017.

En Massachusetts, una subvención de $ 111.000 dólares por parte de Community Innovation Challenge ha servido para financiar costos de las pruebas de garrapatas para rastrear los agentes patógenos y parásitos que se han encontrado en 32 comunidades. Los resultados de las pruebas en el Laboratorio de Zoología Médica de la Universidad de Massachusetts Amherst incluyen: el descubrimiento de las garrapatas Estrella Solitaria en condados en los que no habían sido registradas previamente (se creía que vivían sólo en el condado de Barnstable); que las garrapatas que albergan más de un patógeno que puede causar enfermedad en los seres humanos están presentes en todo el estado; y que aquellos con mayor frecuencia de ser mordidos por garrapatas parecen ser los niños y las personas mayores.

Pero a pesar de que Stephen M. Rich, el director del laboratorio, y otros expertos en garrapatas esperaban seguir recibiendo financiamiento, el Estado canceló la totalidad del programa este año. El laboratorio de pruebas todavía estudia garrapatas por una tarifa de $50 para los residentes que quieran enviarlas por correo, y Rich sigue trabajando para hacer crecer el programa. Dijo que para tener un programa robusto de vigilancia y prevención de garrapatas, todo un pueblo tendría que destinar $1.000 a $ 3.000 de su financiación estatal.

«Establecer un sistema de vigilancia y prevención de enfermedades como la que tenemos para los mosquitos requerirá pasar una legislación habilitante que permita a los pueblos subsidiar este servicio que los residentes de Massachusetts quieren», dijo Rich en un correo electrónico.

Una enfermedad controvertida

La enfermedad de Lyme es uno de los problemas de salud pública más apremiantes en Massachusetts. Fue descubierto por primera vez en un grupo de niños en Lyme, Connecticut a mediados de la década de 1970, y se ha extendido a lo largo de todas las comunidades en Massachusetts y gran parte del noreste.

Las garrapatas llamadas “Deer ticks” -que no son más grandes que el tamaño de una semilla de amapola- son más activas cuando el clima se calienta, y se enganchan a los animales domésticos y a las personas a su paso por zonas boscosas o donde hay pastos altos. Como los parásitos se alimentan de sangre, pueden pasar los patógenos a las personas que pican, el más común de los cuales es el Lyme.

Los primeros síntomas de la enfermedad de Lyme pueden incluir una erupción en la piel, dolor de cabeza, fatiga y fiebre. Si se detecta a tiempo, un mes o menos de ingesta de antibióticos cura la mayoría de los casos, pero si la infección se deja sin tratar, puede extenderse a las articulaciones, el corazón y el sistema nervioso, causando incluso parálisis facial, artritis, sensación de hormigueo y, en muy raras casos, la muerte.

En 2013 (el último año de registro disponible) hubo 5.665 casos confirmados de Lyme, pero las autoridades federales han dicho que esa cifra podría ser mayor, porque hay muchos casos que no se reportan. Hace dos años, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades indicaron que los casos de Lyme probablemente han aumentado 10 veces en relación con los recuentos nacionales anteriores, y que la enfermedad afecta posiblemente a 300.000 personas al año en los EE.UU., la mayoría de ellas en la región noreste. El número de casos de Lyme en Massachusetts, de acuerdo con esas estadísticas, sería de unos 50.000 al año.

Comunidades tratando de llenar el vacío

Ante la ausencia de programas estatales y de financiación, las comunidades, los pacientes que han padecido Lyme y las asociaciones de salud están tratando, por su cuenta, de educar a los residentes sobre la enfermedad.

La primera Conferencia de Lyme en Massachusetts Central se celebró en Worcester en marzo. El 16 de abril la Asociación de Enfermeras de Salud Pública de Massachusetts llevó a cabo un seminario de un día en Brewster sobre Lyme y otra enfermedad transmitida por garrapatas. En North Andover, la enfermería pública de la ciudad está desarrollando materiales de prevención para ser difundidos en la biblioteca y otros lugares públicos. En Medfield, los residentes están discutiendo si se debe rociar spray contra garrapatas en el perímetro de dos campos de juego.

Sin embargo, las estadísticas indican que estos intentos aún no han logrado reducir la enfermedad de las garrapatas en la región.

«Todo se reduce a una partida presupuestaria», dijo Chris Káldy, presidenta del Comité de Estudios de la Enfermedad de Lyme en Medfield. La comunidad trabaja duro en la educación sobre las garrapatas, lo cual incluye proporcionar tarjetas de verificación a niños de primero y tercer grado para que lleven a casa. A Káldy le gustaría hacer más, pero, según ella misma admite: «No tenemos el dinero para hacer envíos por correo ni otras maneras de regar la voz».

Mientras tanto, algunas comunidades han añadido un esfuerzo de prevención polémico: matar ciervos. Debido a que un ciervo puede albergar cientos de garrapatas en su cuerpo, algunos estudios y experimentos muestran que matar ciervos puede reducir las enfermedades transmitidas por garrapatas en los humanos. Dover, Sudbury y otras comunidades de nuestro estado han permitido la caza de estos animales con arco y flecha en algunas zonas desde hace varios años; Westborough comenzó a permitirlo hace dos años.

El proyecto de ley llamado “Environmental Bond”, aprobado el año pasado, requiere que el Estado desarrolle un plan para sacrificar ciervos de forma segura y humanitaria en las áreas donde abundan, como es el caso de Blue Hills Reservation en las afueras de Boston.

«Estamos ante una verdadera amenaza para la salud pública», dijo el senador Brian A. Joyce, un demócrata de Milton, quien propuso el proyecto de ley.

Un portavoz del Departamento de Conservación y Recreación del Estado dijo que las autoridades estatales están desarrollando recomendaciones para el caso de Blue Hills y buscarán la entrada del público antes de adoptar cualquier plan formal.

Pero otros, incluyendo algunos académicos, dicen que no está claro que menos ciervos se traducirá necesariamente en un menor número de casos de Lyme, en parte porque las garrapatas también se alojan en otros animales.

Uno de los pocos puntos de acuerdo para la mayoría de las personas que participan en el debate sobre la enfermedad de Lyme – y sobre los ciervos- es que las personas deben protegerse a sí mismas. Los expertos también advierten que mientras que las empresas de fumigación de plagas están ofreciendo cada vez más el servicio de control de garrapatas, tienen que tener cuidado con las quejas sobre los productos totalmente naturales.

Se ha demostrado que el Nootkatona, un componente natural bioactivo presente en el aceite de cedro amarillo de Alaska, mata a las garrapatas en un elevado número, y en la actualidad es bastante caro de producir, de acuerdo con Tom Mather, profesor de Rhode Island University y un experto en garrapatas que dirige el sitio web tickencounter.org, dedicado a la prevención de estos insectos. Muchas compañías de fumigación ofrecen productos de cedros no amarillos que no funcionan bien contra las garrapatas, dijo Mather, quien ha probado algunos. Resulta que el cedro rojo no es lo mismo que el cedro amarillo.

«No se han encontrado efectos anti-garrapatas en los productos que tienen cedro rojo. La gente necesita ser advertida. Hay muchas formulaciones de aceites botánicos pero muy pocos realmente han sido probados contra las garrapatas», añadió Mather.

Y este podría ser un año importante para trabajar en la protección de la garrapata. Según Jim Dill, un especialista en el manejo de plagas en la Universidad de Maine, el frío extremo probablemente no mató a muchas garrapatas este invierno debido a que «la mayor parte de ellas estaban tres pies bajo tierra, en un ambiente cálido y bien aisladas» por la nieve, dijo.

Beth Daley se desempeña como periodista de investigación y entrenadora Senior en el New England Center for Investigative Reporting, una organización sin fines de lucro asociada a Boston University.


Brian Mullen / URI TickEncounter Resource Center

Brian Mullen / URI TickEncounter Resource Center

Camión de control de mosquitos en el condado de Norfolk.

Camión de control de mosquitos en el condado de Norfolk.

Shan Wang | NECIR

Shan Wang | NECIR

Lauren Owens

Lauren Owens

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