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El año pasado, más de 1000 personas fallecieron como consecuencia de sobredosis de heroína y otros opioides en Massachusetts, según cifras estatales publicadas esta semana que reflejan una epidemia que ha devastado a muchas familias.

Los datos, publicados en un evento en Boston Medical Center que contó con la participación del gobernador Charlie Baker y varios funcionarios de salud del país, muestran que las muertes relacionadas con opiáceos aumentaron 3.3 por ciento en 2014 en comparación con 2013, y un sorprendente 33 por ciento en relación con 2012.

El informe del estado encontró que en 2014 hubo 600 muertes confirmadas por causa de opioides, y otras 408 en espera de ser relacionadas con esta poderosa droga. El total de 1.008 parece ser la cifra más alta jamás registrada en Massachusetts.

Las historias y los datos compartidos el martes pasado en una mesa redonda convocada por Baker sugieren que, a pesar de los esfuerzos de los reguladores y líderes de salud en crear estrategias y unir esfuerzos para prevenir esta tragedia y aplicar de la ley, en todos los rincones del estado hay una crisis de abuso de opioides, especialmente relacionada con analgésicos recetados.

La heroína es una de las drogas más adictivas del mundo. Alrededor de una cuarta parte de todos los que lo intentan se convierten en dependientes de ella. Los usuarios pueden desarrollar rápidamente una tolerancia, lo que los lleva a buscar más y más hasta que la búsqueda se hace cargo de sus vidas y, a menudo, conduce a la ruina e incluso la muerte.

Muchos de los afectados son primero adictos a medicamentos contra el dolor como el OxyCotin, y se cambian a heroína porque esta es más barata y más accesible. En algunos casos, una bolsa de heroína puede costar solo $3,50. Una de las razones que los expertos citan como origen del aumento del consumo es la restricción que existe sobre los médicos en la región de Nueva Inglaterra a la hora de recetar analgésicos. Para algunas personas la heroína es una opción más barata y más fácil de conseguir.

Baker citó investigaciones que indican que 4 de cada 5 adictos a la heroína se engancharon a los opiáceos a través de medicamentos para el dolor, y muchos comenzaron a consumir la medicina prescrita legalmente. Al inicio de su administración, el gobernador nombró una comisión de trabajo de 16 miembros para presentar recomendaciones tangibles específicas para hacer frente a la crisis de opiáceos, cuyo informe se espera sea entregado en junio.

«Este problema no distingue entre geografía ni raza», dijo el gobernador. «Tenemos mucho trabajo por hacer».

En todos los distritos del estado hubo al menos una muerte por sobredosis de opioides año pasado, sin embargo el condado de Middlesex registró un aumento alarmante de más del 30 por ciento, y pasó de 154 muertes en 2013 a 212 el año pasado, de acuerdo con los datos del estado.

La mayor aseguradora de salud privada del estado, Blue Cross Blue Shield de Massachusetts, comenzó una iniciativa hace dos años para elaborar mejores prácticas para el tratamiento de dolor de los pacientes, incluyendo la prescripción de medicamentos que no son narcóticos. El programa ha reducido las recetas de algunos de los opioides más potentes, pero la aseguradora sigue detectando problemas. Según explicó el Dr. Tony Dodek, vicepresidente de calidad y estrategia médica en Blue Cross, los pacientes acaban recibiendo medicamentos de otros proveedores e incluso van a la frontera de New Hampshire.

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