El martes 21 de abril comenzó la fase de sentencia del juicio a Dzhokhar Tsarnaev, quien fue hallado culpable del atentado en el maratón de Boston y podría ser condenado a muerte si el jurado así lo decide.
Sin embargo, la pena de muerte no parece ser popular en este caso. La semana pasada, los padres de la víctima más joven del atentado, el pequeño Martin Richard, instaron a las autoridades federales a considerar que no se condene a la pena de muerte a través de una carta publicada en primera plana en el Boston Globe.
“La condena a muerte podría llevar años de apelaciones y prolongar el hecho de revivir los más dolorosos días de nuestras vidas», escribieron Bill y Denise Richard, cuyo hijo de 8 años, Martin, fue una de las tres personas asesinadas por los explosiones en la meta de la maratón el 15 de abril de 2013.
Ellos escribieron en un editorial, titulado «Para poner fin a la angustia, desechen la pena capital», que sólo cuando se desvanezca la atención sobre Tsarnaev por parte de los medios y la opinión pública podrán iniciar «la reconstrucción de nuestras vidas y la familia».
Pero la familia Martin no es la única en oponerse a esta forma de justicia. Un matrimonio que perdió extremidades tras el ataque terrorista de 2013 se ha unido a la causa contra la pena de muerte. Jessica Kensky y Patrick Downes piden al gobierno federal no sentenciar a Tsarnaev a la pena capital, y en una declaración al Boston Globe dijeron: «Si hay alguien que merece el máximo castigo, es el acusado. Sin embargo, debemos superar el impulso de venganza».
Adicionalmente, más de una docena de protestantes se reunieron en las afueras de la corte de Boston para protestar con pancartas en contra de la pena capital para Dzhokhar Tsarnaev.
En un volante distribuido en frente del edificio de la corte se lee: «Matar a sangre fría a un prisionero que no tiene forma de escapar es repugnante. Que el Estado lo haga nos convierte a todos en cómplices de este acto cobarde».
Los manifestantes dijeron que planeaban reunirse cada mañana durante la fase de sentencia del juicio, que se proyecta que dure alrededor de un mes.
Una postura generalizada
Una encuesta publicada el mes pasado por WBUR encontró que el 62% de los bostonianos entrevistados opina que Tsarnaev debe ser sentenciado a prisión por el resto de su vida sin posibilidad de libertad condicional, mientras que el 27% piensa que debía ser condenado a muerte.
Encuestas anteriores han demostrado que los bostonianos se oponen a la pena de muerte para Tsarnaev. Un estudio del Boston Globe realizado en septiembre de 2013, cinco meses después del atentado, encontró que el 57% estaba a favor de la cadena perpetua, mientras que el 33% quería la pena capital.
Sería lógico pensar que el juicio de Tsarnaev reavivaría la rabia de los bostonianos, y que el apoyo a la pena de muerte se intensificaría, como una manera de exigir justicia. Sin embargo, no fue así, lo cual indica que en Massachusetts la postura contra la pena de muerte es firme y profunda.
Massachusetts abolió la pena de muerte en 1984. Pero el Estado no ha llevado a cabo ninguna ejecución desde 1947, y la legislatura estatal se ha resistido a los intentos de revivir la pena de muerte, incluso en el período inmediatamente posterior a los atentados de 2013.
De hecho, Tsarnaev se enfrenta a la pena de muerte en Massachusetts debido a que está siendo juzgado por la ley federal, no la ley estatal (que lo prohíbe).
La condena de muerte sería, llegado el caso, ejecutada a nivel federal mediante una inyección letal.