La carrera y el recuerdo compartirán este lunes el escenario en el que se llevará a cabo la versión número 119 del maratón de Boston, el segundo desde que un ataque terrorista sacudió las carreras desde la línea de meta.
Nadie, por supuesto, puede olvidar lo que pasó en la línea de meta, cuando estallaron bombas, matando a tres personas, hiriendo a más de 260 y cambiando para siempre la carrera.
Nuevamente, las autoridades dicen que les están pidiendo a los espectadores no llevar mochilas, bolsos grandes o coolers. Cualquier bolsa que sea llevada estará sujeta a revisión. Tampoco estarán permitidas las botellas de vidrio, artículos de gran tamaño, ni trajes que cubran el rostro.
Como novedad, este año está prohibido el uso de cualquier tipo de aviones no tripulados o drones a lo largo de la carrera.
El operativo incluirá a más de 3500 guardias de seguridad, algunos uniformados y otros encubiertos. También habrá un gran despliegue de cámaras de seguridad a lo largo del recorrido.
Los corredores pueden llevar solamente las bolsas de un galón de plástico transparente, quedan prohibidas todas las otras bolsas. Ropa adicional dejada en la línea de salida de los corredores será recogida y donada a la caridad.
Mientras tanto, mañana se reanudan las deliberaciones para establecer si el autor de los atentados, Dzhokhar Tsarnaev, será condenado a muerte o a cadena perpetua.