La defensa ni siquiera ha intentado negar la culpa de Dzhokhar Tsarnaev en el ataque producido a la maratón de Boston. «Fue él», admitió la abogada desde el principio, dirigiéndose al jurado. En la apertura del proceso, Judy Clarke dijo que no iba a poner en duda la responsabilidad del acusado en el ataque, que dejó tres muertos y 260 heridos, pero enfatizó que intentaría demostrar que el joven de 21 años participó en el atentado del 15 de abril de 2013 debido a la mala influencia de su radicalizado hermano Tamerlan, de 26 años.
A partir de esta semana, los fiscales y defensores dieron inicio a sus alegatos finales y entonces se sabrá si la estrategia de Clarke y su equipo resulta favorable para el futuro del musulmán de origen checheno. La fiscalía lo acusa de haber actuado por motivos terroristas. El fiscal general Aloake Chakravarty, señaló en su alegato final que tanto Dzhokhar como su hermano se veían como combatientes de una guerra religiosa en la que llevaron adelante ataques y mataron a ciudadanos estadounidenses con el fin de «castigar» a EEUU.
Según el fiscal, el acusado tenía la mira de sus ataques puesta en menores estadounidenses. Nadie duda de su «culpabilidad». El foco ahora está puesto en la pena. Tsarnaev enfrenta 30 cargos, 17 de los cuales son tan graves que podría ser condenado a la pena de muerte.
«Para el jurado será difícil pronunciar una sentencia de muerte», dijo el exjuez Bill Blum. Según Blum, fue inteligente por parte de los abogados no negar la culpa de Tsarnaev, quien emigró a Estados Unidos en 2002. La evidencia era tan abrumadora, que sería contraproducente ponerla en duda, señala.
Sin embargo, la defensa intentó convencer al jurado de que el acusado era un joven y un alumno normal y que actuó bajo malas influencias, no como el principal responsable del hecho.