Lo que ha hecho a este invierno especialmente fuerte no sólo ha sido la histórica cantidad total de nieve que se ha acumulado, sino también el hecho de que hubo muchas nevadas juntas en un período corto de tiempo.
En sólo tres semanas, entre el 27 de enero y el 16 de febrero, hubo cuatro grandes tormentas de nieve que tomaron por sorpresa a Boston pues, antes de eso, la cantidad acumulada de nieve en la ciudad había sido mínima. Fue esta frecuencia tan seguida la que devastó el sistema del transporte público.
A todos nos afectaron los efectos de la madre naturaleza: tuvimos que palear nieve, lidiar con trenes cancelados y retrasados, algunos vieron sus techos derrumbados por el peso de la nieve, nuestros hijos perdieron clases en las escuelas, los trabajadores por horas ganaron menos… Y si hablamos de la Alcaldía, esta tuvo que desembolsillar casi el doble del presupuesto que tenía contemplado para remover nieve.
El invierno fue duro para todos, pero esta vez quisimos ponernos en los zapatos de los pequeños negociantes e indagar un poco cómo les afectó el frío y la nieve a sus ventas.
Podrán suspender el transporte público y activar una prohibición de estacionamiento, sin embargo, los negocios continúan luchando para seguir abiertos y poder vender aunque sea lo mínimo para costear sus gastos fijos como alquiler, personal o servicios. En muchos casos, los empleados no tienen cómo trasladarse y a los empleadores les toca pagar taxis o ir a buscarles personalmente.
Salimos a preguntar a comerciantes en East Boston, Everett y Chelsea sobre el impacto que tuvo este invierno sobre sus ventas y descubrimos datos interesantes como, por ejemplo, que dependiendo del tipo de negocio el invierno afectó más o menos, o que el transporte público es el que mantiene vivos a muchos comercios alrededor de Maverick Square.
Aries Communication
Lewis St., East Boston
“Quienes trabajan por horas no tenían plata para enviar dinero a sus familiares en el exterior”
Esta es una agencia de multiservicios y envío de dinero que funciona justo detrás de Maverick Square. Conversamos con una de las encargadas, quien nos contó que el negocio no fue muy bueno en febrero. “Muchos de los clientes que tenemos cobran por horas en sus trabajos, y cuando había nieve, simplemente no trabajaron y no ganaron. Entonces al final dejaban de enviar dinero a sus familias porque no tenían y también dejaban de comprar lotería”.
Cactus Grill
Maverick Square, East Boston
“Si no hay metro, no hay negocio”
Marvin, el encargado de este restaurante de comida rápida latina, llegó a la conclusión de que “cuando cierran el metro, no hay negocio”. El día que estuvo cerrado el MBTA, el 15 de febrero, la diferencia del número de clientes fue dramática, pues este negocio está ubicado justo en Maverick Square y depende en gran medida de los peatones que entran y salen del metro. Sin embargo, el resto de los días no tuvieron mayores pérdidas.
La Barra Sports Bar & Grill
Ferry St., Everett.
“Sin parking la gente no entra en el bar”
El dueño de este bar, el salvadoreño Tony Portillo, asegura que los ingresos de su negocio se redujeron en casi la mitad durante el mes de febrero. “Todos los negocios, excepto el de palear nieve, se han visto afectados por la nieve”, asegura. “En nuestro caso fue crítica la falta de estacionamiento. La gente salía a dar una vuelta y si no encontraba dónde estacionar, se iban. Para San Valentín teníamos planeadas actividades y tuvimos que cerrar”.
Joyería Omar & Oscar
Meridian St., East Boston
“Se perdió la oportunidad de San Valentín”
Para una joyería, quizás la fecha más atractiva del año comercialmente es el día de San Valentín, y los días que lo anteceden.
Sin embargo, el clima alrededor de la fecha del amor y la amistad estuvo fatal en Boston. “Otros negocios pueden recuperarse cuando mejora el clima. En nuestro caso, perdimos la oportunidad de aprovechar San Valentín”, lamenta Oscar Guerrero, orfebre y copropietario del negocio. Sin embargo, dice que la disminución en las ventas fue sólo de un 15% en relación con años anteriores.
Salón de belleza Platinos
Meridian St., East Boston
“Hubo muchas cancelaciones de citas”
Nixon Jiménez, un estilista colombiano, es el propietario de este salón de belleza. “Parquear fue el gran problema de la nieve”, cuenta. “Cuando no había dónde estacionar, hubo muchas cancelaciones de citas en la peluquería”. Tuvo que cerra dos martes debido a las tormentas, y en general la actividad de su negocio se redujo en un 40% en esta temporada. “El día de San Valentín fue más, alrededor de un 50%», asegura. Este empresario también nos comentó que los negocios que no limpiaron la acera vieron menos clientes que los que sí limpiaron.

Mi Salvador Mexicano
Restaurante y Tienda Broadway St., Chelsea
“El invierno ha sido muy favorable para la tienda”
Gloria Chino es dueña de dos negocios en Chelsea: un restaurante y un comercio de panadería y víveres. Asegura que “lo básico se vende muy bien”, y que las pérdidas se vieron en el restaurante, pero que en cambio para la tienda “el invierno ha sido muy favorable”. Lo que más se vendía era leche, queso y otros productos de la canasta básica, pues son alimentos indispensables. Sorpresivamente, fue el único negocio consultado en asegurar que el invierno había sido positivo para las ventas.

Restaurante Montecristo
Broadway St., Chelsea
“Con el ‘delivery’ pudimos recuperar las pérdidas”
William García, el dueño de este restaurante de comida centroamericana, nos explicó que cuando no hay parqueo, la gente no entra a sentarse a comer en el restaurante. El “delivery”, en cambio, sí es bueno, y en su caso compensó las pérdidas. “Al final la nieve sí afectó un poquito, pero no mucho”. Los dueños del comercio tuvieron que recoger a los empleados en varias oportunidades porque no había transporte.

Amazonia Jeans
Broadway St., Chelsea
“La pérdida fue de casi 70%”
Este fue el primer invierno para la tienda Amazonia Jeans, que tiene a penas 7 meses abierta y vende jeans y ropa casual. Su dueña, Fátima Ortiz, tuvo que cerrar 6 días en enero y febrero porque no tenía como llegar a la tienda desde su casa. “Sufrí muchísimo con este invierno. La gente no venía, no salía de su casa y el transporte estaba horrible”. Acudió al City Hall de Chelsea a pedir ayuda, pero no obtuvo nada. “La pérdida mía fue bastante notable, fue casi un 70% de lo que yo vendo regularmente”. Gracias a ahorros que pudo hacer en diciembre, Fátima pudo por lo menos pagar la renta más los gastos de utilidades, alarmas, entre otros.
Bar Enfarrados
Maverick St., East Boston
“Si la gente no cobra, no compra”
Alejandro Gómez es el propietario del bar Enfarrados. A pesar de que está ubicado en un buen punto, el estacionamiento en la zona estuvo muy difícil en los días de la tormenta, y el bar estuvo a menudo vacío. “Hay muchos empleados que cobran por horas, y si no tienen trabajo, no tiene plata, y no compran”. Además, recordó que mientras las ventas bajan, otros gastos como el gas o la electricidad suben por la temporada de frío.
El Paisa Restaurante
Central Square, East Boston
“Nadie venía a sentarse a comer. Todo era para llevar”
Este popular restaurant de East Boston tiene una ubicación privilegiada, pues hay un parking justo en frente, en el complejo de comercios de Central Square. Pero ni eso les salvó de los desvanes del invierno. Sus dueños, la colombiana Adriana Bayona y su esposo Juan Montoya, aseguran que los productos más populares, que son los fritos y los pasteles horneados, se vendieron casi como siempre, sin embargo hubo diferencia respecto a los platos servidos en la mesa.
“En general la diferencia fue de 30% menos respecto a meses anteriores. Tuvimos que cerrar por dos días y medio, y el mes fue muy malo porque nadie venía a sentarse a comer. Todo era comida para llevar”.

Tito’s Bakery
Broadway St., Chelsea
“En 40 años no había visto algo así”
El dueño de la famosa pastelería de Chelsea Tito’s Bakery asegura que en 40 años “nunca había pasado lo que pasó esta vez. El hecho de tener que cerrar porque el tráfico en el área principal estaba bloqueado, nos afectó muchísimo”, comenta este argentino. “Hay días en los que ni merecía abrirse porque los clientes no podían entrar porque le ponían ticket por estacionar. Fue un caso único”, comenta. Tito también se quejó de que la Alcaldía no removió la nieve a tiempo: “Honestamente yo nunca esperé nada de ayuda de la Alcaldía, pero hubiese sido mejor si hubieran traído la máquina de remover nieve que tenían en Canadá, porque uno paga sus impuestos. Pero al final no sacaron la nieve. Ni eso se hizo”, concluye.