Al comienzo de una audiencia dentro del juicio contra Dzhokhar Tsarnaev, acusado de perpetrar un doble atentado durante el maratón de Boston en abril de 2013, la abogada del joven ha admitido que «fue él» quien colocó las mochilas con los artefactos explosivos en una calle céntrica de Boston. Él mismo lo reconoce, dijo Judy Clarke, que agregó: «No esquivaremos la responsabilidad de Dzhojar por sus actos».
La declaración, citada por el diario Boston Globe, contrasta con lo que dijo Tsarnaev durante las primera vista de la causa en julio de 2013, cuando negó sus vínculos con los 30 cargos que le habían presentado los fiscales. Al mismo tiempo la abogada insiste en que Dzhojar en aquel entonces seguía «un camino diseñado por su hermano», Tamerlán, que falleció durante una persecución policial tres días después del atentado.
El juicio comenzó el miércoles en Boston con los argumentos iniciales de la acusación, la defensa y varios testigos.
El fiscal federal Willam Weinreb se encargó de perfilar el primer retrato de Tsarnaev para el jurado, al afirmar que el joven acusado, presente en la sala y que se mantuvo en silencio durante la sesión, «tenía las ganas de matar dentro de su corazón».
Tsarnaev «creía que el Gobierno de EE UU era el enemigo del pueblo musulmán. Lo cometió (el atentado) porque creyó que le ayudaría a asegurarse un lugar en el paraíso», aseguró Weinreb.
En el turno de la defensa, una de las abogadas de Tsarnaev, Judy Clarke, no dudó en reconocer la responsabilidad de su cliente en el suceso, a pesar de que el propio acusado se declaró «no culpable» el pasado julio de los 30 cargos que se le imputan.
«Fue él», sentenció Clarke durante su testimonio, y añadió que su cliente «debe rendir cuentas» por cometer un ataque «incomprensible e inexcusable».
El reconocimiento de la culpa de Tsarnaev elimina gran parte del suspenso de la primera fase del juicio, dedicada únicamente a determinar si el joven de 21 años es culpable de los ataques.
La estrategia de la defensa, por tanto, parece dirigida a la segunda fase del juicio, cuando el jurado deberá decidir si impone o no la pena de muerte a Tsarnaev, como pide el Gobierno de EE UU.
Tanto Tamerlán como Dzhokhar, de origen checheno, llegaron a EE UU cuando eran niños, pero según Clarke, fue el primero quien comenzó a interesarse por las ideas extremistas, mientras que el segundo pasaba su tiempo libre en Internet y preocupado por coches y chicas.
«Fue un camino diseñado por su hermano el que condujo (a Dzhokhar) a la calle Boylston», donde ambos colocaron las bombas, aseguró la abogada.