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Es hora de que el gobernador Baker se monte en el T

Imagina este titular para una historia: «Los trenes vuelven a la vida, pero las carreteras y aeropuertos siguen cerrados».


El ex gobernador Dukakis, un ávido usuario de la MBTA. Crédito: Boston Globe

El ex gobernador Dukakis, un ávido usuario de la MBTA. Crédito: Boston Globe

No es tan imaginario después de todo; se trata de una reliquia que publicó el Boston Globe en 1978, y se refiere a la tormenta más famosa de ese siglo. Y allí estaba Mike Dukakis, el gobernador de la época, montado en un tranvía de la Línea Verde en camino a Beacon Hill.

Sí. Los trenes tenían retrasos y el servicio era limitado, pero aún se podía transitar. Y por un tiempo, era la única manera de hacerlo.

«Lo hicimos», dijo Dukakis, un ávido usuario de la MBTA incluso cuando era gobernador. «El T debe brillar exactamente en momentos como este. Este es el momento de recoger pasajeros. Si resulta un desastre, entonces has perdido una gran oportunidad para comercializar el sistema».

Traigo esto a colación no sólo para señalar hasta qué punto el T ha decaído en el último cuarto de siglo, sino también para sugerir una manera de hacer mejor las cosas. Y comienza así: Charlie Baker estacionando su coche y montándose regularmente en el T.

Viajando en el T, Dukakis experimentó de primera mano los problemas que afectaban a los pasajeros. Él recuerda cómo la Línea Verde tuvo que parar en una oportunidad mientras él estaba a bordo durante el invierno. Y le preguntó al conductor: «¿Qué diablos está pasando?».

El gobernador se enteró de que el T había dejado de sustituir las piezas de metal que protegían la parte inferior del motor de la nieve y el hielo. Cuando Dukakis llegó a la Casa de Estado, cogió el teléfono y llamó a su secretario de transporte, Fred Salvucci. El problema fue resuelto.

El hecho de saber que el gobernador podría estar en el tren ayudó a mantener el sistema. Los empleados del T, contaba Dukakis, «me conocían, me veían. Eso hace una gran diferencia».

El día de la tormenta de 1978, la gente fue a trabajar porque se había pronosticado que caerían sólo seis pulgadas de nieve. Las predicciones meteorológicas de la época no eran tan sofisticadas, y en algunas partes del estado terminaron cayeron tres pies de nieve. La gente que había salido intentó regresar a casa, y unos 3.000 carros se quedaron varados en un tramo de ocho kilómetros en la Ruta 128. Alrededor de 30 personas perdieron la vida en Massachusetts debido a la tormenta.

David Gunn, quien dirigió las operaciones del T durante la tormenta, recordó que él nunca tuvo que cerrar los trenes por completo. El Commuter Rail no estuvo funcionando por unos pocos días, pero el metro subterráneo sí estaba operando.

Había un montón de problemas, similares a los actuales: hielo en el tercer carril, vientos fuertes, servicio lento en el Commuter Rail. «No hay que pintarlo como que era un reloj suizo. Fue muy duro», dijo Gunn, quien pasó a dirigir la Autoridad de Tránsito de la ciudad de Nueva York y el Amtrak. Sin embargo, «nunca nos rendimos totalmente».

Una cosa que fue decisiva, y que Gunn no ha visto que ocurra lo suficiente hoy en día, fue lo siguiente: «Hubo una buena coordinación entre el T y el gobierno del estado».

Baker no ha sido un usuario regular del T en los últimos años, a pesar de que antes sí lo era. Utilizaba la Línea Roja extensivamente mientras estudiaba en Harvard a finales de los años 70. Después se montaba en el Commuter Rail desde su casa en Swampscott cuando trabajaba para los gobernadores Bill Weld y Paul Cellucci en los años 90.

Pero, ¿cuando fue la última vez que Baker se montó en el T? Lo usó «de vez en cuando», durante la campaña electoral de 2014, pero desde que se convirtió en gobernador no lo ha hecho más, según indicó el portavoz Tim Buckley.

Y tras una semana problemática entre la oficina del gobernador y la MBTA, es hora de que Baker recargue su Charlie Card. Quizás sentándose en los asientos que usan más de un millón de personas diariamente, Baker podría entender realmente la frustración de los usuarios, porque ha estado actuando como si el T no fuese su problema.

Lo entiendo. No es su T, pero sí es su problema ahora. No es un momento para lanzar bajo el autobús a la gerente general de MBTA, Beverly Scott, como lo hizo a principios de esta semana, cuando el sistema está en medio de una crisis. Scott le entregó su carta de renuncia el miércoles.

¿A dónde nos llevó toda esta politiquería? No a un lugar lo suficientemente rápido, si usted se ha montado el T en estos días.

Dukakis vive en Brookline y es es un usuario habitual de la Línea Verde. Describió al T como un «caso perdido» cuando comenzó su primer mandato en 1975. Las inversiones importantes en el transporte público no sucedieron hasta su segundo y tercer mandato, pero el transporte era un foco importante para él.

Baker, por su parte, no habló mucho sobre el transporte en su campaña electoral, y eso se está notando ahora.

Hasta hace poco, Baker y Scott ni siquiera habían hablado de los problemas de la MBTA, y se entendían a través de la secretaria de Transporte Stephanie Pollack. El mal funcionamiento del T es, tal vez, la mayor crisis que ha enfrentado su naciente gobierno, ¿y lo maneja con intermediarios? Eso no suena al gobernador al estilo CEO que elegimos. Uno pensaría que Baker habría estado al teléfono con Scott tan pronto como quedó claro que estábamos ante una emergencia de nieve.

El jueves, Baker se reunió por primera vez con Scott, quien fue nombrada por Deval Patrick. Pasó mucho tiempo en la sala de control del T, y ofreció camiones quitanieve y máquinas para derretir la nieve para que sean usadas por el sistema de transporte.

Ahora que Scott está de salida, el T es realmente un problema de Baker.

Este artículo fue traducido por El Planeta, autorizado por su autora y el Boston Globe. Para leer el artículo original en inglés haga click aqui

Shirley Leung en Twitter @Leung

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