Una vez más, y en su quinto informe sobre el Estado de la Nación, el presidente Barack Obama volvió a pedirle al Congreso que le presente una nueva ley de inmigración que resuelva el problema a más de once millones de indocumentados en el país: «vamos a resolver este año el tema de la reforma migratoria, vamos a hacerlo. Ya es hora», pidió Obama al Congreso, reflejando la frustración de millones de inmigrantes que votaron por él con la esperanza de que lograra en su segundo mandato la tan discutida y necesaria reforma.
Obama insistió en que ya es hora de «arreglar nuestro sistema de inmigración, que no funciona» y agregó: «los economistas independientes dicen que la reforma migratoria ayudará a nuestra economía a crecer y reducirá nuestro déficit en casi 1.000 millones de dólares en las próximas dos décadas. La lógica es la siguiente: cuando las personas vienen aquí a hacer realidad sus sueños (estudiar, inventar y contribuir a nuestra cultura), hacen que nuestro país sea un lugar más atractivo para las empresas, y para encontrar y crear trabajos para todos. Consigamos este año aprobar una reforma migratoria», dijo.
El presidente puso como ejemplo el caso suyo y el de John Boehner para representar lo que llamó «la oportunidad» en Estados Unidos: “Así es como el hijo de un cantinero es presidente de la Cámara de Representantes; como el hijo de una madre soltera ha llegado a ser presidente del país más grandioso del mundo. El proyecto decisivo de nuestra generación es el de recuperar esa promesa».
Pero el centro del discurso no fue inmigración sino empleos, inversión, salarios y salud. «Este es el año de la acción», dijo el presidente Barack Obama y celebró que actualmente la tasa de desempleo está en su nivel más bajo de los últimos cinco años y que los inversionistas consideran a EE.UU. como el mejor lugar en el mundo para invertir. «Por primera vez en más de una década, los líderes empresariales de todo el mundo han declarado que China ya no es el lugar número uno del mundo para invertir. Estados Unidos lo es», expresó.
También destacó que en las próximas semanas promulgará una orden presidencial que requerirá que los contratistas federales paguen a sus empleados financiados por el gobierno federal un salario “digno†de por lo menos 10.10 dólares por hora, ya que “si cocinan la comida de nuestras tropas o limpian sus platos, no deberían tener que vivir en la pobreza».
En una parte de su discurso considerada por algunos críticos como un “giro hacia la izquierdaâ€, Obama hizo hincapié en la importancia de reducir la brecha entre ricos y pobres y dijo que «los estadounidenses están hastiados de la falta de acción política» en este sentido.
Asimismo, resaltó que cumplió con su promesa de darle una computadora a cada estudiante y que lo han hecho gracias a empresas como Microsoft, entre otras. «Michelle y yo queremos que todos los niños tengan las mismas oportunidades que tuvimos nosotros», explicó.
Criticó con mucho énfasis el que las mujeres ganen 77 centavos por cada dólar que ganan los hombres. Fue uno de los temas en que más ovación tuvo. Obama dijo que es «una vergà 1/4enza» que aunque las mujeres constituyen aproximadamente la mitad de la mano de obra, siguen ganando menos que los hombres. «Eso está mal y, en el año 2014, es también una vergà 1/4enza. Las mujeres merecen ganar lo mismo por realizar el mismo trabajo. Merecen tener la posibilidad de tener un hijo sin sacrificar su empleo. Una madre merece tener un día libre para atender a un hijo enfermo o a un padre enfermo sin estar en apuros. ¿Y saben qué? Un padre también merece lo mismo, es hora de acabar con las políticas laborales que parecen sacadas de un episodio de “Mad Men†(refiriéndose a la serie televisiva que refleja la situación social y laboral de la década del 50). Tengo la firme convicción de que cuando las mujeres tienen éxito, Estados Unidos tiene éxito».
El líder demócrata arremetió contra todo aquel que intente legislar en contra de la reforma de salud y argumentó que hay gente que ya se está beneficiando de la llamada «Obamacare» y que la razón de ser de la reforma del seguro de salud es «poder tener la tranquilidad de que si ocurre una desgracia no hay que perderlo todo» y añadió «ahora mismo, gracias a la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio, más de tres millones de personas menores de 26 años que viven en Estados Unidos han obtenido cobertura mediante los planes de salud de sus padres».
Además, el presidente dijo que más de nueve millones de personas que viven en Estados Unidos se han inscrito en un seguro de salud privado o han obtenido cobertura de Medicaid.
Y le envió un mensaje a los republicanos a propósito de las votaciones alrededor de la reforma de salud: «No volvamos a tener otra votación con cuarenta y pico de votos simbólicos para revocar una ley que ya está ayudando a millones de personas que viven en Estados Unidos. Las primeras cuarenta fueron más que suficientes. Mensaje recibido».
Con respecto al control de armas, Obama dijo que es un «deber cívico» alzarse en defensa de las vidas que todos los días arrebata la violencia con armas de fuego.
«Tengo el propósito de seguir intentando ayudar a evitar que le ocurran más tragedias a gente inocente en cines, centros comerciales o escuelas como Sandy Hook. Y lo haré con o sin ayuda del Congreso».