Este miércoles un grupo de funcionarios locales y activistas comunitarios solicitaron a las autoridades de la ciudad retirar a los agentes policiales de las escuelas, asegurando que su presencia solo forma parte de lo que ellos llamaron un «proceso de la cuna a la prisión».
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Estos oficiales no portan armas y son más parte del sistema escolar que del Departamento de Policía, aunque están encargados de efectuar los arrestos, por que lo que llevan esposas y suelen estar ubicados en los detectores de metales.
Sin embargo, muchos líderes de la ciudad aseguran que su presencia más que otorgar seguridad a los estudiantes, socava la misión educativa.
«Pueden marginar y criminalizar a nuestros jóvenes afroamericanos, y ponerlos en un camino no de éxito sino de fracaso, y en muchos casos de muerte», denunció la concejala Andrea Campbell. «Necesitamos consejeros, no oficiales de policía», aseguró.
Por su parte, el alcalde Marty Walsh, el superintendente de las escuelas y el comisionado de policía indicaron que la seguridad y el bienestar de los estudiantes es prioridad para la ciudad y reconocen “la necesidad de llevar a cabo esa misión al mismo tiempo que se aseguran de que los edificios escolares sean entornos de aprendizaje”.
Las autoridades de la ciudad dijeron que continuarán participando en reuniones con estos activistas para asegurarse de que todos los miembros de la comunidad de las Escuelas Públicas de Boston «se sientan seguros, respetados y valorados», reseñó el Globe.
Por otra parte se encuentran los partidarios de los policías escolares, quienes les recordaron a los activistas comunitarios eventos como el de 2018, cuando un oficial escolar arrestó a un estudiante de 20 años de la Escuela Secundaria de East Boston por portar un arma cerca de los terrenos de la escuela.
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Pero el disgusto por los abusos de la policía y el racismo sistémico ha hecho que los defensores de la reforma policial, usen todos estos hechos para justificar el retiro de estas autoridades de los planteles.
