El Top of the Hub, en el piso 52 de la Prudential Tower, servirá sus últimos platillos en abril, informó este miércoles la empresa que dirige el restaurante. La organización responsable de este lugar de comida también cerrará el Observatorio Skywalk ubicado dos pisos más abajo.
Un restaurante de lujo que ha servido a sus comensales bajo los estándares de New England desde que el Pru abrió hace 54 años.
El motivo del cierre, según el presidente de Select Restaurants Inc., John Quagliata se deba a que el dueño del edificio, Boston Properties, no renovó su contrato de arrendamiento.
«A pesar del continuo crecimiento de las ventas, el compromiso de invertir una vez más millones de dólares en el restaurante y nuestro sincero deseo de operar el restaurante como lo hemos hecho durante décadas, Boston Properties decidió no extender nuestro contrato de arrendamiento», explicó Quagliata en un comunicado.
En cambio, el propietario se hará uso cargo de ambos espacios para mejorar la envejecida plataforma de visualización de la época y añadirá servicios, que pueden incluir comida, aseguró un portavoz de Boston Properties.
«Boston Properties está planeando un nuevo y emocionante diseño para un observatorio en el Prudential Center que proporcionará una experiencia de clase mundial a los visitantes», dijo el vicepresidente ejecutivo Bryan Koop, quien decidió no informar cuándo planeaba la compañía reabrir estos espacios.
Sin embargo, disfrutar de las vistas en la cima del Pru recordemos nunca ha sido economico. El observatorio cuesta 21 dólares para los adultos y 15 dólares para los niños. Y aunque la cima del Hub no tiene costo de entrada, los precios de la cena pueden llegar a ser tan altos como las vistas del restaurante,desde $38 por el salmón asado hasta el rango de los $55 por algunas opciones en carne. La copa de vino más económica cuesta $10, mientras que una cerveza podría alcanzar los $6,50, según el menú en línea.
El restaurante siempre fue conocido más por sus espectaculares vistas que por su propuesta gastronómica; era el tipo lugar al que llevarías a los viajeros extranjeros que quisieran subir en un ascensor de 52 pisos para disfrutar de las vistas.
Con información de The Boston Globe