Este lunes se conoció que por órdenes del presidente Donald Trump, las ciudades «santuarios» de todo el país estarían siendo patrulladas por integrantes, no solo del ICE sino también de la Patrulla Fronteriza. Una de ellas, sería Boston.
Según informó el Departamento de Seguridad Nacional el personal extra ayudará a los agentes de ICE en el cumplimiento de la ley de inmigración.
«El ICE no dispone de recursos suficientes para gestionar eficazmente el aumento continuo de casos no detenidos, exacerbado por el aumento de las jurisdicciones santuario», indicó en un comunicado, un portavoz del Departamento de Seguridad Interior.
Luego se conoció que “entre los 100 agentes” se estarían incluyendo “miembros de una unidad táctica de élite que actúa como equipo SWAT.
Una acción que provocó las declaraciones de Philip Torrey de la Facultad de Derecho de Harvard, quien explicó que «son personas con certificaciones de francotirador” y unidades que están “realmente diseñadas para el contraterrorismo, que van tras importantes cárteles de la droga”.
Para Torrey este tipo de plan podría representar más un riesgo que un alivio para los residentes, pues a su juicio “la gente que denuncia los crímenes, estaría dispuesta a ir a la policía».
Según explicó el DHS, los oficiales fueron entrenados para participar en acciones rutinarias, con las cuales buscarían aplicar a ley de inmigración”.
Las ciudades en las cuales serían desplegados estos cuerpos especiales serían: Boston, Somerville, Cambridge, Newton y Lawrence.
La medida rápidamente fue criticada por Eva A. Millona, directora ejecutiva de MIRA, una organización de New England encargada de promover los derechos y la integración de los inmigrantes y refugiados.
Para Millona la acción de Trump es preocupante. «Estamos sorprendidos por esta escalada en la aplicación de la ley de inmigración, que creemos injustificada. Sabemos, porque vivimos aquí, que nuestras ciudades y pueblos son muy seguros. Que están protegidos por la policía y los oficiales de la corte”.
«Frente a la retórica de Washington que ha aterrorizado a las familias de los inmigrantes y las ha llevado a dejar de denunciar crímenes, llamar al 911 en emergencias, o incluso ir al hospital, hemos trabajado con los líderes cívicos y la policía para tratar de restaurar la confianza de la comunidad en las instituciones públicas. Docenas de ciudades y pueblos han adoptado nuevas políticas y en la audiencia de la Ley de Comunidades Seguras, celebrada el 24 de enero, vimos una enorme avalancha de apoyo de líderes religiosos, empresariales, proveedores de atención médica, educadores y muchos otros que consideran que esto es una prioridad urgente”, dijo.
«Esperamos que este despliegue de CBP sea sobre todo un truco publicitario y que no veamos operaciones agresivas y paramilitares en nuestras comunidades, las cuales serían peligrosas y profundamente traumáticas. Hacemos un llamado a nuestros funcionarios electos y a las fuerzas del orden para que defiendan nuestro derecho a proteger nuestras comunidades de acuerdo con las leyes y valores de Massachusetts».