David Price es el amuleto en la rotación de los Medias Rojas este año, el stopper, ese pitcher que todo equipo necesita, especialmente cuando se trata de un club que de vez en cuando se atasca en el camino, para preocupación de sus seguidores.
El zurdo ha sido el lanzador más consistente de Boston en 2019, mejor incluso que Chris Sale, el as nominal de la divisa, pues sus presentaciones permiten detener sangrías y enderezar el rumbo de la novena cuando este se ha perdido.
Su presentación de este sábado fue un bálsamo. Luego de que el venezolano Yonny Chirinos adormeciera por completo a los dirigidos por Alex Cora, el viernes, y tras otro sólido desempeño del cuerpo de lanzadores de los Rays de Tampa Bay, el sábado en la tarde, Price subió al montículo en la noche, en el segundo duelo de una doble cartelera, y evitó la barrida de los visitantes en el Fenway Park.
Esta vez fueron seis innings de 10 ponches, cinco hits y apenas una carrera. Suficiente para allanar el triunfo deseado.
Mientras los floridanos disputan el primer lugar de la División Este con los Yanquis de Nueva York, los patirrojos pugnan para mantenerse sobre .500 y seguir en la pelea, en la esperanza de arremeter en el verano.
Price tendrá mucho que ver con el éxito de esa arremetida, si finalmente se concreta.
“No sólo es un gran lanzador, es también un gran compañero”, expresó Cora a los medios de comunicación, después del choque.
El veterano llegó a 300 aperturas en su carrera y lo hizo ante el elenco que lo tomó en el draft colegial, el que le hizo debutar en la gran carpa, su primera organización. Con ello, se puso en 2.70 de efectividad en 2019. Excelente.
Ha permitido tres o menos carreras en ocho presentaciones consecutivas. Justamente lo que necesita un club cuando pasa por malas rachas.
Marco Hernández fue una historia bonita, al reaparecer tras una larga ausencia de casi dos temporadas y aportar los batazos que permitieron concretar la victoria. Pero no habría sido posible sin un buen desempeño de Price, otro más. Es el stopper.