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Warren ataca a sus rivales mientras pierde popularidad

Con las encuestas cada día mostrando que su impulso disminuye, la senadora Elizabeth Warren viajó a New Hampshire y desde allí lanzó una amplia ofensiva contra sus principales rivales demócratas.

En un discurso que duró una hora en el Saint Anselm College, la senadora de Massachusetts buscó separarse del grupo de 15 candidatos, especialmente de los tres hombres que la superan: el ex vicepresidente Joe Biden, el senador Bernie Sanders de Vermont y el alcalde Pete Buttigieg de South Bend, Indiana.

En su mensaje la senadora calificó de “ingenuos” a una cantidad de rivales anónimos por pensar que pueden promulgar una agenda política significativa sin perder el control de los multimillonarios y de las grandes corporaciones.

“A diferencia de algunos candidatos a la nominación demócrata, no estoy apostando mi agenda a la ingenua esperanza de que si los demócratas adoptan críticas republicanas a las políticas progresistas o hacen vagas llamadas a la unidad, de alguna manera los ricos y bien conectados se retirarán”, indicó Warren.

El discurso fue su ataque más contundente hasta la fecha y se produjo a medida que se enfría su candidatura. Hace apenas un mes, Warren encabezó las encuestas en Iowa, New Hampshire. Ahora la historia es otra, este jueves, apenas a 53 días antes de los primeros votos en Iowa, la senadora descendió a un cuarto lugar, quedando detrás de ese trío de hombres. Hace un mes, ella lideraba con un 21 por ciento en el mismo promedio.

New Hampshire es a menudo visto como un “deber ganar” para Warren, dado que los políticos de los estados vecinos históricamente ganan en el Granite State, que comparte un mercado de medios con Boston. Pero una encuesta de WBUR/MassInc entre los probables votantes de las primarias demócratas de New Hampshire reveló que Warren ocupaba el cuarto lugar, con un 12 por ciento, detrás de Buttigieg (18 por ciento), Biden (17 por ciento) y Sanders (15 por ciento).

El apoyo de Warren a nivel nacional entre los probables votantes de las primarias demócratas se ha reducido a la mitad en apenas seis semanas, según una encuesta reciente de Quinnipiac, que encontró que había disminuido de 28 por ciento de apoyo a 15 por ciento.

En su discurso, Warren no fue nada sutil con sus contrincantes.

A Biden, que ha dicho que los republicanos tendrán «una epifanía» y trabajarán con los demócratas una vez que el presidente Trump termine su mandato, le dijo que «no cuento con que los políticos republicanos tengan una epifanía y que de repente apoyen el aumento de los impuestos sobre la rendición de cuentas de los ricos o de las grandes empresas a las que se han opuesto bajo la administración de los presidentes demócratas durante una generación».

Mientras que a Buttigieg le criticó su acción de llamar a los contribuyentes que recaudan $250 milo más su “Círculo Nacional de Inversionistas” y advirtió que “cuando un candidato se vanagloria de cuán endeudado se siente con un grupo de inversionistas adinerados, la democracia se encuentra en serios problemas”.

Llamándolo por su nombre, acusó al recién ingresado Michael Bloomberg, multimillonario y ex alcalde de la ciudad de Nueva York, de “tratar de comprar la nominación presidencial demócrata”, antes de defender el impuesto a la riqueza de su firma que se supone tiene por objeto castigar a la gente rica.

Consistente con su larga tregua no oficial con Sanders, ella no golpeó directa o indirectamente a sus compañeros liberales.

Con información de The Boston Globe

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