Los principales senadores han llegado a un acuerdo sobre la financiación de un popular programa federal-estatal que brinda cobertura de salud a millones de niños de familias de clase media y baja, cuya fecha de renovación es el 30 de septiembre.
Los dos líderes del Comité de Finanzas del Senado, Orrin Hatch (republicano de Utah) y Ron Wyden (demócrata de Oregon) anunciaron el acuerdo sobre el Programa de Seguro de Salud para Niños (CHIP). Dijeron que este acuerdo garantiza un financiamiento por cinco años.
«Esta propuesta no solo provee financiamiento ininterrumpido para CHIP, sino también otorga seguridad y mayor flexibilidad para que los estados administren el programa», dijo Hatch en un comunicado.
CHIP cubre a más de 9 millones de niños, típicamente de familias que no son lo suficientemente pobres como para calificar para el Medicaid, el programa de salud federal gerenciado por los estados que cubre a personas de bajos ingresos. Miles de niños latinos ya participan de CHIP, y se estima que dos de cada tres niños hispanos sin seguro médico son elegibles para cobertura pública.
Los niveles de elegibilidad de ingreso para CHIP varían ampliamente entre los estados, aunque la mayoría de los umbrales se establecen en o por debajo del 200% del nivel federal de pobreza, o alrededor de $49,000 para una familia de cuatro. A diferencia del Medicaid, CHIP generalmente no es gratis. Las familias matriculadas pagan una prima promedio de aproximadamente $127 al año.
Desde la promulgación de CHIP en 1997, la proporción de niños sin seguro cayó de 13.9% ese año a 4.5% en 2015, según la Comisión de Acceso y Pagos del Medicaid y CHIP.
El programa que ya lleva 20 años tiene apoyo bipartidista, y el senador Hatch fue uno de sus patrocinadores originales.
Los líderes de la Cámara no han dicho si apoyarán la legislación del Senado.
La Ley de Cuidado de Salud Asequible colocó fondos federales para CHIP y el acuerdo alcanzado por Hatch y Wyden continuará el aumento de estos fondos para los próximos dos años, para luego discontinuarlo gradualmente. El financiamiento adicional ha significado que una docena de estados tengan todos sus programas CHIP pagados por el gobierno federal.
En el año fiscal que terminó en septiembre pasado, los estados gastaron menos de $2 mil millones del total de $15,6 mil millones en gastos de CHIP, según la conservadora Heritage Foundation, que dice que los estados deben pagar una mayor parte de los costos del programa.
El presidente Donald Trump pidió eliminar de inmediato el impacto de ACA en la financiación y poner fin a la restricción de los estados limitando la elegibilidad.
Pero esa disposición ha mantenido a CHIP estable en un momento en el que el mercado de seguros individual enfrenta incertidumbre, dijo Joan Alker, directora del Centro para Niños y Familias de la Universidad de Georgetown.
Los defensores señalan que si los niños tienen que abandonar CHIP y trasladarse a la cobertura del mercado, sus familias pueden verse obligadas a pagar mayores costos de bolsillo para la atención médica de sus hijos.
En una audiencia del subcomité de la Cámara en junio, algunos legisladores republicanos expresaron su preocupación por extender el financiamiento federal para CHIP.
Pero, sin la renovación del programa, Arizona, Minnesota, Carolina del Norte y el Distrito de Columbia se quedarían sin financiamiento federal para sus programas CHIP al final de este año. En marzo de 2018, 27 estados adicionales agotarían sus fondos, según la comisión consultiva del Medicaid. Minnesota y el Departamento de Estado dijeron que todos los niños cubiertos por CHIP pasarán al Medicaid si se recortan los fondos.
Con la atención de los legisladores centrada en la aprobación del presupuesto federal y la reforma tributaria es posible que la renovación de CHIP se apruebe sin gran debate.
Esta historia fue producida por Kaiser Health News, un programa editorialmente independiente de la Kaiser Family Foundation.