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El estigma de las drogas (parte 2)

Que el consumo de drogas genere muertes y discapacidades es noticia y queremos evitarlo. Desde el área de la salud siempre es importante poder confiar en su médico y en los miembros del equipo de salud que lo tratan.

Sobre el tratamiento

Los profesionales de la salud están interesados en saber si usted consume alguna sustancia y si ese consumo genera algún problema en su vida diaria. De esa manera podrán ayudarlo a conectarlo con servicios de salud mental y servicios sociales para recibir el mejor tratamiento que usted necesita para reducir el riesgo o el daño si su decisión es la continuación del consumo.

Muchas veces el informarse sobre los posibles efectos de utilizar una sustancia o el conectarse con personas que han sido afectadas por problemas de salud vinculados al abuso de sustancias puede ayudar a prevenir enfermedades y los riesgos que eso implica. El consumo de alguna sustancia puede haber cumplido una función en su vida, ya sea ayudándolo a tranquilizarse luego de una dura jornada de trabajo, dándole más energía al empezar el día, desinhibirlo y animarlo al asistir a una fiesta, o pudo haberlo ayudado a olvidar y aliviar el dolor de experiencias traumáticas. Pero quizás luego de un tiempo, usted mismo pudo experimentar los problemas que esta ayuda temporal le trajo, como la dependencia a la sustancia, necesidad de aumentar la cantidad de dosis para lograr el mismo efecto que lograba inicialmente, cambios del estado de ánimo, dificultades para controlar el enojo, aislamiento y depresión, problemas del sueño, memoria o concentración, problemas económicos o legales, entre otros.

Hay tratamientos disponibles para el abordaje del abuso de sustancias.

El equipo médico en coordinación con el equipo de salud mental puede brindarle el apoyo y las recomendaciones para poder lograr lo que no ha podido sólo. No es señal de debilidad el no haber podido dejado las drogas o el alcohol y tener que pedir ayuda profesional. Al contrario, requiere mucha valentía y fortaleza el reconocer que es un problema, primero ante usted mismo y luego hacia los demás. Cuando ya existe un grado de dependencia física y psicológica, el dejar de usar drogas o reducir el consumo no es tarea fácil, y es por ello que el apoyo interdisciplinario y comunitario es muy importante. El tratamiento varía de acuerdo al nivel de dependencia y a la problemática que la sustancia haya generado en su vida. Lo que le haya servido a otros no necesariamente le servirá a usted, pero es importante intentar diferentes alternativas de tratamiento y apoyo social para lograr una vida más saludable. Después de la eliminación o la disminución del consumo de sustancias que permitían el descanso, de la diversión, del olvido o del aumento de energías comienza un segundo trabajo. ¿Cómo hacer para lograr todas estas tareas sin el impulso químico exterior sino con la fuerza interior y social para hacerlo? Los profesionales de la salud mental, con el apoyo de grupos comunitarios o religiosos, pueden acompañar y guiar en esa búsqueda. La creación de redes sociales saludables será de gran apoyo para el mantenimiento de las decisiones individuales.

Pero sobre todo, será de crucial importancia el impulso de políticas públicas que apoyen la salud de la población, el control sobre la publicidad de productos nocivos (como se logró con el tabaco), la promoción de hábitos saludables en las comunidades y la creación de programas para la prevención y tratamientos de sustancias adictivas. El consumo problemático de sustancias debería comenzar a tratarse como un problema de salud pública y no como un problema moral o criminal que sebe ser juzgado. Muchos programas, organizaciones y países ya lo están haciendo con muy buenos resultados. Debemos aceptar este problema como un tema que ha existido a lo largo de la historia de la humanidad e incluirlo en la vida social para intentar prevenirlo y tratarlo, en lugar de negarlo, excluirlo y reprimirlo.

Terminar con el estigma de las drogas significa identificar nuestras propias ideas que vinculan a los usuarios de sustancias con el crimen, lo diabólico, lo maligno, etc., para entenderlo desde una perspectiva social de la salud y desde la historia de cada sujeto que pide ayuda profesional ante un consumo que comienza a ser un problema en un momento determinado de su vida. El apoyo para la recuperación debe ser integral, e incluye a familiares, amigos, profesionales, equipos de trabajo, comunidades religiosas, etc.

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