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La secretaria del Tesoro, Janet Yellen, aseguró este miércoles a los legisladores que la inflación que atraviesa actualmente Estados Unidos se enfriará más temprano que tarde a medida que se recupere la economía frente al impacto de la pandemia del COVID-19.

The Hill mencionó que la funcionaria testificó frente al Comité de Finanzas del Senado, donde manifestó que seguía de cerca el fenómeno, pero anticipó que no «será permanente».

«En parte, lo que estamos viendo es que los precios simplemente colapsaron al inicio de la pandemia en el sector de servicios», agregó Yellen. “A medida que la economía se está abriendo nuevamente, los precios ahora están regresando a niveles normales en ocio, hospitalidad, tarifas aéreas y similares. En la mayoría de los casos, los precios permanecen por debajo de los niveles prepandémicos, pero están aumentando y eso es algo de lo que está sucediendo aquí, pero también hay cuellos de botella y las empresas claramente tienen dificultades para contratar trabajadores».

El impacto del virus

El impacto de la pandemia del COVID-19 no solo se sintió en el plano sanitario. La economía mundial sufrió los estragos de un brote que aún tiene incidencia a pesar de que avanzan los planes de vacunación.

Estados Unidos no es la excepción. El gigante mundial comanda las estadísticas de casos y muertes por complicaciones vinculadas al virus; sin embargo, más del 50% de los habitantes del país han recibido al menos una dosis de la vacuna, según datos de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades, cifra que brinda esperanza al retorno a la normalidad.

El sector comercial es uno de los que más adolece esa reactivación total. Un mercado abierto obliga a mayores ofertas que cubran la demanda de un país conformado por más de 328 millones de personas. Por lo pronto, la reapertura gradual busca aplacar un duro aumento en los Índices al Precio del Consumidor calculado en 4.2% entre abril de 2020 y el mismo mes este año, informó el Departamento de Estadísticas Laborales.

La cifra despertó la preocupación de una sociedad que vivió un alza marcada en la tasa de desempleo y que debió sostenerse, en parte, por el apoyo de los estímulos económicos de los gobiernos de Donald Trump y Joe Biden.

Aunque los números del Departamento de Estadísticas Laborales son los más altos desde el año 2008, la situación no es tan grave como parece.

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