Los republicanos en el Congreso han intensificado sus ataques al gasto del presidente Joe Biden y han planteado nuevas preocupaciones sobre el creciente déficit federal. Se espera que este verano luchen por poner un techo a la deuda.
Después de cuatro años de acumular grandes proyectos de ley durante la administración de Donald Trump, la estrategia del partido se está volviendo clara: los republicanos se esfuerzan por revivir su mensaje de disciplina fiscal ahora que los demócratas están a cargo.
El renovado compromiso republicano con la austeridad marca un cambio para un partido que se había alineado para promover las políticas de Trump de construir un muro fronterizo y expandir el ejército estadounidense con pocas objeciones, incluso cuando el Congreso agregó billones de dólares al déficit en el proceso.
Además, los republicanos advierten con dificultar el futuro de la agenda económica de Biden, incluida su propuesta de $2 billones del Plan de Infraestructura; y un plan que se informará esta semana a fin de destinar $1,8 billones a las familias y el cuidado infantil.
Las tensiones se manifestaron el jueves, cuando los republicanos en el Senado presentaron una contraoferta de infraestructura de 568 mil millones de dólares, que equivale a aproximadamente una cuarta parte de lo que Biden había propuesto.
De acuerdo con la ortodoxia del Partido Republicano, los legisladores excluyeron cualquier aumento de impuestos para pagar el paquete, ofreciendo pocos detalles sobre su idea alternativa -depender de tarifas de usuario no especificadas y dinero de estímulo no utilizado- para cubrir el costo.
Los vagos detalles sugirieron divisiones dentro del Partido Republicano sobre el tamaño y alcance del paquete. Pero los observadores internos dijeron que el enfoque reflejaba un astuto cálculo político.
Judd Gregg, un exsenador republicano de New Hampshire, dijo: “Me sorprendería que lleguen a un acuerdo (…) Creo que filosóficamente están muy separados”.
Con la economía en crisis por la pandemia, tanto demócratas como republicanos se unieron para autorizar billones de dólares en ayuda de emergencia, y ahora que está mejorando, parecen estar cada vez más divididos.
“Vamos a salir del modo de emergencia”, dijo Garrett Watson, analista de políticas senior de la Tax Foundation, prediciendo un regreso a las luchas políticas por el déficit.
Los demócratas, ahora a cargo de la Casa Blanca y el Congreso, se han vuelto más agresivos al aceptar la idea de que un gran gasto gubernamental puede ayudar a abordar los males económicos más generalizados del país.
Fuente: Por Tony Romm y Yeganeh Torbati/The Washington Post.