El presidente Joe Biden cumple un mes en el poder este 21 de febrero. | FOTO: Demetrius Freeman — The Washington Post
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WASHINGTON.— El presidente, Joe Biden, asumió el poder en medio de una grave crisis de salud, un galopante desempleo y una sociedad altamente polarizada. Al cumplir su primer mes en la Casa Blanca, Biden busca demostrar que su presidencia será un volantazo, tanto en estilo como en sustancia.

Desde el primer día, Biden ha hecho un llamado al bipartidismo y ha adoptado medidas para borrar el legado de su antecesor, el ahora expresidente Donald Trump.

La tradición en los medios es medir la eficacia de un nuevo presidente en sus primeros 100 días en el poder, en parte porque cada mandatario demócrata o republicano suele enumerar promesas para durante ese período.

Biden cumplirá un mes en la Casa Blanca el próximo 20 de febrero con una tasa de aprobación del 50% del público en general, pero con una desaprobación republicana del 80%, según una encuesta de la Universidad Quinnipiac.

Durante la contienda electoral, Biden prometió trabajar por la unidad nacional, espolear la actividad económica, y hacer avances en la lucha contra el coronavirus, entre otros puntos de su plan de Gobierno.

Varias de sus medidas requerirán apoyo del Congreso, donde los demócratas mantienen una exigua mayoría y necesitarán el respaldo republicano.

El Tiempo Latino consultó a expertos para analizar los principales avances y retos de Biden en cinco prioridades:

SALUD.— La pandemia del COVID-19 se ha cobrado la vida de 490 mil personas en EEUU, y al menos 28 millones se han infectado. Aunque la distribución de las vacunas de Pfizer y Moderna ha mejorado, aún no responden adecuadamente a la demanda.

Cerca del 12% de la población ha recibido la primera dosis de la vacuna, pero EEUU aún no puede cantar victoria: sigue rezagado en su campaña de vacunación respecto a países como Israel, los Emiratos Árabes Unidos y el Reino Unido.

“Es probable que veamos 100 millones de vacunados en los primeros 100 días de la nueva administración, debido a que esta ha tomado pasos para agilizar la entrega de suministros” a los estados y ampliar los centros y proveedores de las vacunas, afirmó Jen Kates, directora de salud global de la Kaiser Family Foundation.

“Hay muchos retos por delante porque todavía hay mucha confusión sobre el proceso y mucha gente espera su turno. Los estados intentan mejorar un proceso muy caótico y enfrentamos una lucha contrarreloj mientras surgen nuevas variantes del virus”, advirtió.

Estados Unidos aún no ha aprobado las vacunas de Johnson & Johnson, Novavax y AstraZeneca, lo que podría agilizar la vacunación de toda la población para finales de año.

ECONOMÍA.— El mercado laboral sigue estancado y aunque la tasa de desempleo bajó de 6,7% a 6,3% el mes pasado, ese leve descenso, según economistas, se debe a que muchos han dejado de buscar empleo.

El reto inmediato de Biden es que el Congreso apruebe un plan de estímulo de $1,9 billones, que incluirá cheques directos por $1,400 y un aumento de $400 en fondos federales para los desempleados.

La reapertura de los negocios y eventual recuperación económica no podrá ocurrir sin un avance sustancial en la campaña de vacunación contra el COVID-19.

Por otra parte, Biden también promueve un aumento del salario mínimo federal de $7,25 la hora a $15 la hora para el 2025, pero no está claro si el Congreso lo aprobará.

INMIGRACIÓN.— Biden emitió numerosas órdenes ejecutivas para revertir la política migratoria de la Administración Trump, incluyendo el freno a la construcción del muro fronterizo, una moratoria a las deportaciones; la reorganización de prioridades de deportación, y la eliminación de los “acuerdos de cooperación” que EEUU suscribió en 2019 con Guatemala, El Salvador y Honduras.

También ha comenzado el procesamiento de alrededor de 25 mil personas con casos de asilo pendientes y que fueron devueltas bajo el programa “Quédate en México” (MPP, en inglés) a ese país a esperar allí su cita en los tribunales.

Además de desmantelar el MPP, Biden creó un Grupo de Trabajo para facilitar la reunificación de familias separadas en la frontera sur como parte de la política de “tolerancia cero” que impuso brevemente la Administración Trump en 2018.

Su gran reto será que el Congreso apruebe su proyecto de ley de reforma que permitiría la legalización de toda la población indocumentada.

“Las primeras semanas de la Administración Biden han sido un repudio de todo lo que significó la Administración Trump en el campo migratorio. Trump usó el tema para sembrar la división y el miedo mientras que Biden quiere unir al país en torno a valores compartidos”, dijo Tom Jawetz, vicepresidente de política migratoria de Centro para el Progreso Estadounidense.

La agenda económica de Biden “debe reconocer los sacrificios y contribuciones de los millones de trabajadores esenciales indocumentados y sus familias, que han mantenido en marcha al país. Y eso comienza por su legalización y la de los dreamers y tepesianos… para asegurar que la recuperación económica sea audaz, resiliente y equitativa”, agregó.

POLÍTICA EXTERIOR.— Biden prometió un mejor acercamiento a sus aliados y respuestas multilaterales a retos comunes, el respeto a los tratados internacionales, la promoción de los derechos humanos, y la rendición de cuentas de regímenes autoritarios.

Es decir, su política exterior sería la sepultura de la doctrina “EEUU de primero” (“America First”) que impuso Trump.

En el caso de América Latina, la Administración Biden ha dicho que buscará forjar nuevas alianzas en la región, poniendo énfasis en asuntos relacionados con el fomento del desarrollo económico; la lucha contra la corrupción; el combate al narcotráfico y el crimen organizado, y la defensa de los derechos humanos y las instituciones democráticas.

En entrevista con El Tiempo Latino esta semana, la diplomática Roberta Jacobson, coordinadora para asuntos de la frontera sur en el Concejo de Seguridad Nacional, dijo que Biden quiere alianzas “más equitativas” para enfrentar juntos crisis políticas como las que atraviesan Nicaragua y Venezuela.

Biden “entiende que la mayoría de los problemas que enfrentamos son transnacionales, ya sea la pandemia, el cambio climático, el combate al terrorismo o el narcotráfico… no cree que soluciones unilaterales puedan resolver problemas multilaterales”, argumentó.

Como parte de su agenda para Centroamérica, Biden ha prometido una estrategia regional dotada de $4,000 millones en un plazo de cuatro años para responder a los factores que impulsan la emigración ilegal hacia el Norte.

Esa propuesta, que incluirá fondos para programas anti-pobreza, mejorar la seguridad y combatir la “corrupción endémica”, formaría parte de su solicitud presupuestaria ante el Congreso para el año fiscal 2022.

En días recientes, el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price, afirmó que a la Administración Biden le preocupa “profundamente” la represión política en Nicaragua, e instó al presidente, Daniel Ortega, a que haga “un cambio de rumbo” porque, a su juicio, “está conduciendo a Nicaragua hacia la dictadura».

En el caso de Venezuela, Price ha dicho que el Gobierno de Biden seguirá reconociendo al líder de la oposición, Juan Guaidó, como el presidente legítimo de ese país y, por lo tanto, no prevé ningún contacto con el gobierno de Nicolás Maduro en el futuro previsible.

Biden ha relajado algunas sanciones a Venezuela, pero mantiene en pie las implementadas al sector petrolero en ese país.

CAMBIO CLIMÁTICO.— Biden reincorporó a EEUU al “Acuerdo de París” de 2015 con el que 195 naciones se han comprometido a combatir el cambio climático; declaró una moratoria en nuevas licitaciones para la exploración de petróleo y gas natural en terrenos públicos; canceló el oleoducto Keystone XL, y restableció más de un centenar de regulaciones ambientales.

Biden prometió que su gobierno combatirá el cambio climático “como nunca se ha hecho antes”, si bien reconoció que muchas de sus prioridades ambientales requerirán el sello del Congreso para que sean duraderas.

“Desde el primer día, el presidente Biden ha demostrado cuan en serio se toma la amenaza del cambio climático y cuan ansioso está por tomar las acciones urgentes y audaces necesarias para abordar la crisis y construir una economía más fuerte que genere empleos sindicales de energía limpia bien remunerados”, dijo Antonieta Cádiz, portavoz del grupo ecologista Climate Power.

“A partir de acciones ejecutivas innovadoras sobre justicia ambiental, reducir emisiones y liderazgo climático global, Biden ya está tomando medidas fuertes para crear un futuro de energía limpia”, aseguró.

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