Conan Harris, el esposo de la congresista de Massachusetts Ayanna Pressley, dio positivo al COVID-19 después de refugiarse junto a ella durante el asalto al Capitolio el 6 de enero.
Harris estuvo con Pressley en Washington DC para asistir a su su ceremonia de juramentación y la acompañó al Capitolio antes que seguidores de Trump irrumpiera en el edificio.
La oficina de Pressley informó que Harris recibió la prueba positiva de coronavirus el martes 12 de enero por la noche. Por su parte, la congresista ha dado negativo, pero permanece aislada.
En un comunicado emitido el miércoles 13 de enero, criticó a sus colegas republicanos y afirmó que algunos de ellos “se negaron repetidamente a usar máscaras cuando se las ofrecieron”.
“Mientras mis colegas y yo buscábamos refugio de la orda supremacista blanca que atacó violentamente nuestra sede de gobierno, fuimos recibidos por una amenaza diferente, una planteada por mis insensibles colegas republicanos que, en este espacio confinado y abarrotado, se negaron repetidamente a usar máscaras. cuando se les ofrecieron”, escribió Pressley. “Su arrogante desprecio por la vida de los demás es exasperante, pero no sorprendente, y vemos las consecuencias a diario, ya que varios de mis colegas, y ahora mi esposo, dan positivo al COVID-19”.
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Hasta ahora, tres legisladores demócratas, los representantes Pramila Jayapal, Brad Schneider y Bonnie Watson, contrajeron el virus tras los sucesos en el Capitolio.
“Si bien Conan y yo permaneceremos aislados en los próximos días, continuaré cumpliendo con mis deberes», aseguró.
En su declaración, Pressley también abogó por el uso obligatorio de mascarilla para todos los que trabajan en el Capitolio, incluido el personal del Congreso y los miembros del Senado.
“A medida que el Congreso avanza con el juicio político y la destitución de un presidente que incitó abiertamente a un asalto violento y racista a nuestro proceso democrático, también debemos asegurarnos de que existan protocolos adecuados para proteger la salud y seguridad de los miembros del Congreso, el personal del Congreso, trabajadores de servicios y periodistas. Eso incluye un estricto mandato para todos en el edificio, multas graves y remoción inmediata del piso de la sede para aquellos que se niegan a cumplir, y acceso a pruebas COVID-19 gratuitas».
El médico a cargo del Congreso les dijo a los miembros y al personal que las personas en la habitación asegurada pueden haber «estado expuestas a otro ocupante con infección por coronavirus».
La oficina de Pressley también anunció el miércoles que los botones de pánico de su oficina habían sido retirados antes del ataque al Capitolio.
