La definición del nuevo presidente de Estados Unidos se encamina a una batalla judicial entre la continuidad de Donald Trump o un cambio de Administración liderado por Joe Biden. Desde el martes, la campaña republicana inició acciones legales en múltiples estados clave, mientras que el equipo del exvicepresidente se preparaba para responder.
Cuatro estados del país aún están en juego y uno de ellos podría marcar el triunfo de Biden. Al cierre de esta edición, el exvicepresidente de Estados Unidos contaba con 264 delegados, a la espera de mantener la ventaja en Nevada, que otorga 6 votos electorales. Mientras tanto, Trump tenía la difícil tarea de voltear las cifras en la mencionada entidad y sostenerse como el líder en Carolina del Norte, Georgia y Pensilvania para estar otros cuatro años más al frente de la nación.
Fraude… y victoria
La madrugada del miércoles, Trump aseguró que había ganado los comicios a pesar de que aún no daban a un claro ganador. Pero al mismo tiempo que apuntaba a la reelección, el republicano indicó que acudiría a la Corte Suprema del país para denunciar un supuesto fraude del cual no demostró, de momento, pruebas.
“Este es un fraude al pueblo estadounidense. Nos estábamos preparando para ganar estas elecciones. Francamente, hemos ganado estas elecciones”, comentó el mandatario, quien días antes de los comicios había asomado la posibilidad de tomar acciones legales, añadiendo que se reuniría en horas de la noche del 3 de noviembre con su grupo de abogados para acordar la medida a ejecutar.
“Iremos al Tribunal Supremo. Queremos que pare todo el proceso de votación. No queremos que encuentren papeletas a las 4:00 am y las añadan al desastre”, siguió durante la madrugada del 4 de noviembre.
Desde la Casa Blanca, Trump comentó que millones de personas votaron por su campaña y “un grupo muy triste de gente” trataba de quitarle el derecho al voto a ese grupo de estadounidenses, pero que no lo toleraría; mientras los escrutinios mostraban una lucha pareja cuya balanza se inclinaba a favor de Biden en varios estados clave, como Arizona y Wisconsin, según la agencia de noticias AP.
Del otro lado, otros territorios importantes y considerados los que definirían la justa, como Pensilvania, Michigan, Georgia y Carolina del Norte, aún no contaban con un vencedor para el cierre de esta edición. Aun así, el republicano cantó victoria en cada una de estas entidades la tarde del miércoles a través de su cuenta de Twitter, donde denunció también que “un gran número de boletas fueron arrojadas en secreto”.
“Gobernaré como americano”
El exvicepresidente Biden ha manejado un discurso moderado y conciliador, en el que se notan sus esfuerzos por calmar los ánimos. En una breve declaración del miércoles dijo que ganará con el impulso del Partido Demócrata pero gobernará como americano.
“Después de una larga noche queda claro que ganamos en varios estados. No estoy aquí para declarar victoria, pero sí para informar que cuando acabe el recuento habremos ganado”, sostuvo.
El líder demócrata sostuvo que Estados Unidos ha vivido momentos difíciles bajo la Administración Trump; sin embargo, trabajará para no dividir al pueblo: “Para progresar tenemos que dejar de tratar a los opositores como enemigos”.
El equipo de Biden se mantiene cauto, y están preparados para hacer frente a Trump en una eventual batalla legal. Así lo informó la directora de campaña demócrata, Jennifer O’Malley Dillon, en un comunicado. Consideró las declaraciones de Trump como indignantes, sin precedentes e incorrectas.
Acciones
Desde el lado de la campaña del mandatario, mucho se ha prometido en estados como Michigan, Wisconsin y Pensilvania, territorios clave dentro de estos comicios.
En el primero de estos, el equipo del republicano presentó una demanda en la cual exigió detener el recuento de votos, luego de considerar que no han contado con el acceso a los lugares donde se procesa la actividad.
El jefe de campaña del mandatario, Bill Stepien, señaló a través de un comunicado: “A la campaña del presidente Trump no se le ha otorgado un acceso significativo a numerosos lugares de recuento para observar la apertura de papeletas y el proceso de recuento, como garantiza la ley de Michigan (…) Hemos presentado una demanda en la Corte de Reclamos de Michigan para detener el recuento hasta que se (nos) garantice un acceso significativo. También pedimos revisar aquellas papeletas abiertas y contadas mientras no teníamos (acceso)”.
En las elecciones presidenciales de 2016, Trump se impuso en Michigan por encima de la demócrata Hillary Clinton; sin embargo, hasta el cierre de esta edición los números favorecían a Joe Biden.
Mientras tanto, en Wisconsin y poco antes de que las proyecciones mostraran a Biden como el ganador en dicho estado, la campaña del presidente Trump aseguró que solicitará un recuento de los votos.
Stepien se pronunció sobre la situación y expresó que “el presidente está dentro del margen para pedir un recuento” y lo harían inmediatamente.
Para el cierre de esta edición, la agencia de noticias AP informó que con el 99% de los votos escrutados, el exvicepresidente había obtenido un 49,6% del apoyo, poco más del 48,9% del lado del jefe de Estado, sumando así los 10 delegados que otorga el territorio.
Las leyes de la entidad indican que si las proyecciones muestran una diferencia menor al 1% entre un candidato y otro, se puede solicitar un recuento de votos. “Ha habido informes sobre irregularidades en varios condados de Wisconsin, que plantean serias dudas sobre la validez de los resultados”, añadió Stepien.
Respecto a Pensilvania, el equipo del mandatario prometió aplicar una serie de acciones legales, pues cuestionaron que se consideren válidos aquellas papeletas enviadas por correo que se reciban en las 72 horas posteriores al proceso de voto en las urnas.
En un comunicado, el grupo señaló que “están sucediendo cosas malas en Pensilvania. Los demócratas están planeando privar del derecho a voto y diluir los votos republicanos”.
Participación histórica
En 120 años no se habían realizado unas elecciones tan concurridas. El miércoles, el Proyecto Elecciones de Estados Unidos cifró en casi 160 millones el número de electores que participó, ya sea por correo, de forma anticipada o en persona el 3 de noviembre, de un total de 238 millones de ciudadanos con derecho a voto.
El porcentaje de participación de personas con derecho a voto se ubicó en aproximadamente un 66,7%, ante el 73,7% registrado en 1900, de acuerdo con Efe.
Al cierre de esta edición, Biden se había llevado un récord como el candidato con más votos recibidos en la historia, con unos 72,1 millones. Superó al expresidente Barack Obama, quien acumuló más de 69,5 millones en 2008.
Con respecto al voto latino, decisivo en estados claves, Dulce Rojas, coordinadora de campaña de Voto Latino, comentó que este año la organización logró registrar a medio millón de hispanos para que votaran.
“Respecto al conteo, todavía hay mucho por ver, así que no se puede ver a dónde fue definitivamente el voto latino”, dijo Rojas en exclusiva a El Tiempo Latino en un Facebook Live.
En Florida, sin embargo, un sector importante de latinos respaldó a Trump dándole impulso para ganar los 29 votos electorales del estado, que se pintó de rojo.
Batalla por el Congreso
Al cierre de esta edición, los republicanos habían ganado 18 asientos en el Senado y los demócratas 13, de un total de 35 en disputa: quedando solo 4 escaños por definir, de acuerdo con los datos de The Associated Press. En la Cámara de Representantes 204 puestos se pintaban de azul frente a los 190 rojos.
Aunque se prevé una mayoría del Partido Demócrata en la Cámara Baja, con mínimo 218 asientos, sus esperanzas de ganar el Senado se desvanecían mientras llegaban los resultados.
En el Senado los demócratas necesitaban ganar cuatro escaños o al menos tres y llegar a la Casa Blanca, para que el voto del vicepresidente desempate futuras votaciones. El martes ganaron un puesto por Colorado, al vencer al senador Cory Gardner (R), pero los republicanos compensaron la balanza al derrotar al Doug Jones (D) en Alabama. El partido azul también obtuvo un asiento en Arizona.
