Una de las consecuencias más desagradables de la pandemia ha sido el boom de las ratas en Boston.
Hambrientas y agresivas, tras el cierre de los bares, restaurantes y hoteles durante la cuarentena, las ratas han visto una reducción en los desechos, su principal fuente de alimento.
La falta de comida ha obligado a estos roedores a salir a las calles a ‘cazar’ alimentos de forma distinta, arrastrándose más hacia los vecindarios residenciales.
Este es un fenómeno que ha afectado a las principales ciudades de los Estados unidos. Pero según un nuevo informe de la compañía de control de plagas Orkin, Boston está especialmente infestado de ratas, pues ocupa el puesto número 13 en la lista de las 50 ciudades principales del país.
Encabezando, tal como lo ha hecho desde hace seis años, está Chicago, seguida de Los Ángeles y Nueva York.
El hecho de que Boston haya conseguido estar en el top 20 de este informe puede no ser una sorpresa ya que este año los funcionarios de la ciudad han informado acerca de un aumento notable en las quejas sobre roedores en los vecindarios.
Incluso, el mes pasado, el Concejo Municipal celebró una audiencia para abordar la avalancha de quejas por parte de los residentes e instar a los bostonianos a estar más atentos a los métodos de mitigación de las ratas.
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Además, el Departamento de Servicios de Inspección de la ciudad anunció que reanudaría el uso de hielo seco como método para acabar con las ratas. El regreso de la sustancia se produce después de una moratoria de años sobre su uso.
Después de todo, esta es una temporada crítica. A medida que nos acercamos a los meses más fríos, la actividad de los roedores seguirá aumentando una vez que empiecen a buscar refugio en áreas cálidas con comida y agua disponibles.
«Las propiedades residenciales ofrecen el hábitat ideal para los roedores y, una vez que se instalan, son capaces de reproducirse rápidamente y en grandes cantidades», señaló en un comunicado Ben Hottel , entomólogo de Orkin.