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Luego de la muerte de la jueza Ruth Bader Ginsburg, la Corte Suprema de Estados Unidos muestra una vacante libre; sin embargo, en la lista de opciones de elementos disponibles, todo apunta a que será una mujer quien sustituya a la destacada magistrada. Para el presidente Donald Trump el grupo de profesionales preparadas se reduce a un puñado de cinco, entre las cuales elegirá a su nominada, la cual sería sería sometida a votación por el Senado, de mayoría republicana, lo que apunta a una casi segura designación de la anunciada por el mandatario.

Se espera que sea este sábado cuando Trump revele el nombre de su candidata a tomar la plaza que dejó Ginsburg.

Barbara Lagoa

De origen cubano, la jueza de 52 años de edad fue nominada el año pasado por Trump para la Corte de Apelaciones del 11mo Circuito. Hija de exiliados del régimen castrista, esta profesional criada en Hialeah, Florida, cuenta con un historial conservador al frente de sus labores.

En su nominación del año pasado para el 11mo Circuito, el Senado no vio mayores irregularidades en su historial, votando con un sólida 80 a 15 a su favor.

De acuerdo con la agencia de noticias AP, Trump señaló el pasado sábado que, aunque no conocía a Lagoa, sabía que era «hispana y muy respetada».

La magistrada obtuvo el título en derecho en la Universidad de Columbia en el año 1992. A partir de ahí desarrolló su trabajo por casi una década en Miami como abogada particular, agregó la fuente.

Sin embargo, se dio a conocer en el año 2000, cuando fue parte del equipo que representó a los familiares del niño cubano Elián González, cuya custodia entre sus padres, ubicados en Cuba, y sus parientes radicados en Miami, generó fuertes debates.

Amy Coney Barrett

Otra de las favoritas al cargo es esta dama de 48 años de edad, quien también estuvo entre los nombres del presidente cuando fue elegido Brett Kavanaugh. Católica devota, cuenta con el apoyo de los conservadores religiosos.

Madre de siete hijos, rechaza el aborto.

De acuerdo con AP, Barrett fue nominada por el jefe de Estado en 2017 para el la Corte de Apelaciones del 7mo Circuito Federal, confirmada por el Senado con una cerrada votación de la que salió airosa por 55 a 43.

En la instancia cuenta con el apoyo del juez Antonin Scalia, con quien trabajó como su asistente legal. Además, hizo las labores como abogada privada en la capital de Estados Unidos antes de regresar a la Universidad de Notre Dame en 2002 para convertirse en profesora.

Los demócratas del Senado ejercieron presión sobre su figura asegurando que su postura conservadora podría incidir sobre fallos vinculados al aborto.

Joan Larsen

La abogada de 51 años de edad se dio a conocer en el año 2015, cuando el aquel entonces gobernador de Michigan, Rick Snyder, la propuso para obtener un cargo vacante en la Corte Suprema de la mencionada entidad.

Su norte siempre ha sido «lagislar desde la banca» y es conocida por su postura conservadora.

Para Trump, sus labores le permitieron ganarse su respeto apenas alcanzó la presidencia, al punto de considerarla entre su primera lista de posibles candidatos a la Corte Suprema del país.

Ganador en Michigan, Trump intervino para llevarla a un puesto en la Corte de Apelaciones del 6to Circuito.

Pese al rechazo demócrata, el nombramiento fue apoyado con 60 votos a favor contra 38.

Nativa de Iowa, Larsen se graduó en la Universidad de iowa del Norte, informó AP, antes de dar el salto a la facultad de derecho de la Universidad Noroeste de Chicago, donde obtuvo el título en el año 1993.

Bajo el mandato del expresidente George W. Bush, la profesional se unió a las labores dentro de la Oficina de Asesoría Legal en el Departamento de Justicia.

Allison Jones Rushing

La más joven del grupo en esta abogada de 38 años, quien apenas hace año y medio fue confirmada para ejercer su trabajo en la Corte de Apelaciones del 4to Circuito. En cao de trascender y ser la elegida para formar parte de la Corte Suprema, se convertirá en la de menor edad en decir presente en la instancia desde 1800.

Nativa de Carolina del Norte, cuenta con el enorme apoyo de Mark Meadows, jefe de despacho de la Casa Blanca.

En el Supremo también aparece la figura de Neil Gorush, con quien trabajó como asistente luego de obtener el título como abogada en la Universidad de Duke en 2007. Asimismo, laboró junto a al juez Clarence Thomas.

Su corta carrera legal comparada con el resto de las competidoras podría traducirse en un obstáculo para Ruching, quien es conocida por trabajar con grupos locales cristianos.

En 2005, aún como estudiante universitaria, trabajó como pasante en Alliance Defending Freedom, grupo reconocido por tener una postura de oposición al matrimonio entre las personas del mismo sexo.

Kate Comerford Todd

Del grupo, la abogada de 45 años es la única que no ha desarrollado sus labores como juez; sin embargo, a su favor está el hecho de formar parte del equipo de asesoría legal de la Casa Blanca, por lo que tiene una estrecha relación con el gobierno de Trump.

No obstante, esta misma situación significaría el rechazo de los demócratas del Senado, quienes pondrían sobre la mesa la posible dependencia entre las partes. Por otro lado, su corto historial judicial no representa un revés.

Graduada en la Universidad de Cornell, obtuvo el título de abogada en Harvard.

También trabajó con Thomas en la Corte Suprema, al igual que Rushing. AP agregó que hizo el trabajo como abogada particular previo al salto como vicepresidenta y asesora jefe del Centro de Litigación de la Cámara de Comercio de Estados Unidos.

Apoyo clave

Este martes, el senador Mitt Romney anunció que seguirá «la Constitución y los precedentes al considerar al nominado del presidente. Si la nominación llega al pleno del Senado, planeo votar según sus calificaciones», en mención a que el Senado someta a votación la nominación que el presidente Donald Trump hará para buscar remplazo a la fallecida Ruth Bader Ginsburg.

El anuncio del republicano, que hizo a través de Twitter, se traduce en el primer paso a lo que será seguido por la nominación que se espera formule Trump este sábado.

La decisión sería clave, pues los republicanos son mayoría en el Senado, dueños de 53 escaños, y donde solo dos de sus integrantes se negarían a que Trump nomine a un nuevo magistrado para la instancia.

Del lado demócrata, esperarían a un llamado después de las elecciones presidenciales del 3 de noviembre, cita a la que el mandatario llega por detrás de su rival de turno, Joe Biden, en las más recientes encuestas.

Así, los demócratas necesitarían que al menos cuatro republicanos se opongan a la propuesta para impedir la confirmación.

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