Este lunes el dueño del Boston Sports Clubs se declaró en bancarrota, luego que la cadena de gimnasios se mantuviera cerrada por casi cinco meses. A través de un plan, el centro de entrenamiento seguirá operando mientras resuelve sus deudas y hace frente a una demanda de un grupo de usuarios por el cobro continuo de las cuotas mensuales mientras no prestaba servicio.
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Town Sports es la compañía encargada de administrar este centro y otros 180 en las principales ciudades del país, como Nueva York, Filadelfia y Washington. La mayoría de estos aún están cerrados a causa de la pandemia de coronavirus.
En Massachusetts funcionan 25 clubes, 11 de los cuales se encuentran ubicados en Boston, reseñó Patch.
“La duración del COVID-19 y el alcance de su impacto en nuestro negocio no se puede estimar razonablemente en este momento”, dijo Town Sports en un informe de ganancias trimestral, publicado la semana pasada. “Anticipamos que la pandemia continuará impactando negativamente nuestros resultados operativos en períodos futuros”.
Town Sports, recordemos, fue demandado por miembros de BSC el pasado mes de junio por la continua recaudación de cuotas mensuales durante los meses de cierre. La procuradora general del estado, Maura Healey informó a través de sus cuenta de Twitter del hecho y en un tuit colocó:
“Al igual que muchos miembros del Boston Sports Club, mi equipo ha estado tratando de obtener una respuesta directa de @BSC_Gym sobre cómo las personas pueden cancelar sus cuentas. Hasta ahora, se han negado a proporcionar uno. Tal vez sea porque despidieron a todos sus empleados. Esto es completamente inaceptable”.
“@BSC_Gym no ha sido justo con sus miembros sobre su derecho a cancelar su membresía, el gimnasio continuó cobrando a los usuarios que intentaron cancelar. No se equivoque, esto es ilegal. Hemos enviado una carta de demanda a BSC para solicitar formalmente que solucionen este problema lo antes posible”.
Según reseña Patch, tras las declaraciones de la fiscal, el gimnasio respondió con un correo electrónico a sus miembros en el que aseguraba que congelaba las membresías sin costo alguno.
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El Boston Sports Club cerró todas sus sedes el pasado 16 de marzo, luego que el gobernador Charlie Baker ordenara a todos los negocios no esenciales del estado, permanecer cerrados durante la pandemia. Los centros de entrenamiento volvieron a operar en la fase tres del plan de reapertura del estado, pero acatando fuertes restricciones, tales como: la reducción de la capacidad de los edificios, lo que hace que estos lugares atiendan a muchos menos clientes que antes de la pandemia.
