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Este miércoles, el huracán Laura, de categoría 4 y calificado como un fenómeno extremadamente peligroso, se acercó a las costas de los estados Luisiana y Texas, hecho que llevó a las autoridades a evacuar a miles de personas ante el eventual impacto.

De acuerdo con el Centro Nacional de Huracanes, el ciclón avanza con vientos de hasta 220 kilómetros por hora, potencia que impactaría esta noche sobre las dos entidades ya mencionadas.

En un comunicado, el organismo detalló que la marejada, con «enormes olas destructivas causará daños catastróficos».

Se espera que la marea penetre unos 50 kilómetros tierra adentro, causando crecidas de entre cuatro y seis metros por encima del promedio.

No obstante, especialistas informaron que esperan un «rápido debilitamiento una vez que Laura toque tierra».

Una vez llegue a las costas de Luisiana y Texas, «se adentrará en el continente esta misma noche o el jueves por la mañana», según el Centro Nacional de Huracanes en su más reciente reporte.

Ante el eventual impacto del fenómeno, el gobernador de Texas, Greg Abbott, pidió a los residentes de las áreas que se verían más afectadas abandonar lo más pronto posible sus hogares: «tienen apenas unas horas más para alejarse del daño», señaló el funcionario en Weather Channel. «Esta es una tormenta muy peligrosa, más fuerte que la mayoría que han atravesado» las costas del estado.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, solicitó a los habitantes de las zonas que «escuchen a los funcionarios locales».

En su cuenta de Twitter, el republicano indicó que «Laura es un huracán muy peligroso y se intensifica rápidamente. Mi gobierno sigue colaborando plenamente con los administradores de emergencias estatales y locales».

En la isla Galveston, en Texas, el alcalde Craig Brown aseguró que las autoridades locales siguen muy de cerca todo lo referente al fenómeno.

«Hemos tenido una buena cooperación de nuestros residentes en la evacuación», manifestó, según la agencia de noticias AFP. «Si quieren quedarse, lo permitiremos (aunque) si se quedan, es posible que no tengan ningún servicio de emergencia disponible».

El estado de Texas, uno de los más afectados por la pandemia del COVID-19 en Estados Unidos, tendrá que luchar contra un posible aumento de los contagios dada la eventual acumulación de personas en refugios. Frente a esto, el gobernador Abbott llamó a los ciudadanos que puedan costearlo a resguardarse en hoteles para aislarse y mantenerse lejos del brote.

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