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Abel Flores, un obrero de 45 años de edad, abandonó México hace 30 años atrás y no ha podido votar de manera regular en las elecciones de su país. Aún así, estuvo presente junto con cientos de mexicanos-americanos en Los Ángeles para apoyar a un político con fama de demagogo que podría redireccionar a México.


Andrés Manuel López Obrador (centro), presidente del Movimiento Nacional de Regeneración del partido político de izquierda, es seguido por los partidarios cuando deja un evento en Los Ángeles el 12 de febrero de 2017.

Dania Maxwell | Bloomberg

Andrés Manuel López Obrador (centro), presidente del Movimiento Nacional de Regeneración del partido político de izquierda, es seguido por los partidarios cuando deja un evento en Los Ángeles el 12 de febrero de 2017.

“Normalmente no hago este tipo de cosas”, dijo Flores, refiriéndose a la concentración a favor de Andrés Manuel López Obrador, conocido como AMLO. Pero ese día los obreros se sintieron amenazados por la promesa del presidente Trump de construir un muro en la frontera y renegociar el tratado de libre comercio con los Estados Unidos.

“AMLO es la única persona que puede hacer algo para proteger a México”, dijo Flores.

La indignación en México frente a las propuestas de Trump ha hecho resurgir a un político que ha inquietado a los empresarios del país con su visión nacionalista y retórica izquierdista.

Los oposición política ha comparado a López Obrador con el fallecido Hugo Chávez, el hombre que llevó a Venezuela al socialismo.

Aunque eso puede sonar como una exageración, López Obrador puede conseguir el apoyo de miles de personas. Sus críticos están preocupados de que su tendencia a una resistencia rebelde pueda provocar una confrontación con los Estados Unidos, mientras que sus seguidores lo ven como un defensor del pueblo.

A pesar de que no se ha lanzado oficialmente como candidato para las elecciones del próximo año, López Obrador se ha convertido en un favorito: una encuesta reciente del periódico El Favorito afirma que puede alcanzar el 33 por ciento de apoyo de los votantes, seis puntos por encima de Margarita Zavala del Partido de Acción Nacional. López Obrador está ya en campaña y ha viajado a los Estados Unidos para buscar apoyo de los mexicanos-americanos.


Andrés Manuel López Obrador (centro), presidente del partido político de izquierda Movimiento Regeneración Nacional, llega para un evento en Los Ángeles el 12 de febrero de 2017.

Andrés Manuel López Obrador (centro), presidente del partido político de izquierda Movimiento Regeneración Nacional, llega para un evento en Los Ángeles el 12 de febrero de 2017.

En su discurso del domingo frente a las personas congregadas en Plaza Olvera de Los Angeles, López Obrador tocó puntos álgidos, comparando a la América de Trump con la Alemania de Hitler, aunque al final llamó a la calma.

“Nuestra estrategia contra Trump y sus asesores no debe ser de giros e insultos… si no de inteligencia, sabiduría y dignidad”, dijo. “Es una batalla que debemos librar con ideas”.

Lo más probable es que Trump sea un tema principal en las elecciones de México del año que viene. López Obrador ha criticado las políticas del presidente de EEUU, pero ha sido moderado buscando mostrarse como un estadista más maduro y veterano. En la noche en la que Trump ganó la elección, López Obrador publicó un video diciendo a los mexicanos que “no debían tener miedo” y que pertenecían a una nación soberana que “no depende de ningún gobierno extranjero”.

Durante sus recientes enfrentamientos con Trump acerca de quién va a pagar la construcción del muro, López Obrador ha evitado atacar al presidente Enrique Peña Nieto, quien ha sido acusado por algunos mexicanos de ser muy complaciente.

López Obrador, proveniente del estado Tabasco en la costa del Golfo, ha sido una pieza clave de la izquierda mexicana por varias décadas. Ganó prominencia cuando fue alcalde de Ciudad de México en los años 2000 a 2005, período en el que se recortó sus beneficios como persona de alto mando y usaba un Nissan Sentra como medio de transporte. Dio subsidios a los pobres y ancianos al mismo tiempo que equilibró el presupuesto, construyó autopistas para aliviar el problema de tráfico de la ciudad y aumentó la recolección de impuestos. Entregó su cargo con una aprobación de 80 por ciento. Luego en 2006, después de perder por poco las elecciones presidenciales, López Obrador provocó una crisis política al negarse a aceptar la victoria del conservador Felipe Calderón, y se declaró el “presidente legítimo” de la nación. El líder de izquierda demostró su capacidad de movilizar masas cuando encabezó un bloqueo de las calles principales de México que duró seis semanas.

Luego de perder nuevamente las elecciones presidenciales del 2012, López Obrador abandonó el principal partido de izquierda de México – el Partido de la Revolución Democrática- y formó una ramificación llamada Movimiento Regeneración Nacional.

Peña Nieto y su Partido Revolucionario Institucional han sufrido de baja popularidad debido a una economía lenta, escándalos de corrupción y la percepción de que no le ha hecho frente a Trump. Peña Nieto y su equipo han sido cuidadosos de no confrontar a Trump por miedo de perjudicar las relaciones con el país, su principal socio comercial.

«Andrés Manuel está en una buena posición frente a esta situación para crear caminos alternos y se ha beneficiado porque el equipo de de Peña Nieto ha sido torpe”, dijo Alberto Aziz Nassif, analista político de Ciudad de México. “Él está sabiendo leer estos nuevos vientos, estos nuevos tiempos”.

López Obrador ha sido ya anteriormente favorito pero se ha caído cuando las elecciones se aproximan. Sus críticos lo califican de arrogante y hambriento de poder, y gran parte de la élite política y empresarial lo ven como una amenaza. Ha sido escéptico en cuanto a los tratados de libre comercio de México y se ha opuesto a los esfuerzos de Peña Nieto de abrir la industria petrolera del país a inversiones extranjeras.

“Es un político autoritario e intolerante, tiene una visión del mundo en la que los que están con él son buenos y los otros son malos”, dijo Francisco Gil Villefas, analista político de Ciudad de México. “No es democrático y está dispuesto a operar por encima de la Constitución”.

A pesar de su larga carrera, López Obrador se muestra a si mismo como alguien nuevo que viene de afuera. En un discurso que dio el día domingo en un centro cultural en Tijuana, al sur de la frontera con San Diego, alertó que el sistema electoral está corrompido y predijo un fraude en las elecciones del año que viene.

Comienza su nuevo libro “2018 La Salida: Decadencia y Renacimiento de México” con la frase “La corrupción es el principal problema de México”, un tema en el que se ha centrado desde su primera campaña electoral hace 10 años.

En el discurso de Tijuana, López Obrador estimó que cada año se malversan millones de dólares de los fondos gubernamentales y prometió recuperar ese dinero – sin especificar cómo- para invertir en becas de estudiantes. Al mismo tiempo, prometió vender todos los aviones y helicópteros presidenciales y viajar de un modo más humilde. Este tipo de promesas resuenan en muchos mexicanos que están cansados de la corrupción desenfrenada.

Las personas que apoyaron a López Obrador en Los Ángeles ese día incluían inmigrantes documentados e indocumentados, defensores de inmigrantes y el primera base de los Dodgers, Adrián González, quien es mexicano-americano. Las amenazas de Trump de deportar a inmigrantes ilegales y las recientes olas de redadas en distintas ciudades de Estados Unidos, han alarmado a la diáspora mexicana.

Los Ángeles fue la primera de siete ciudades de Estados Unidos que López Obrador planea visitar en las próximas semanas mientras busca proyectarse como defensor de los derechos de los inmigrantes. Al final de su discurso en Tijuana dijo que los inmigrantes “no están solos”.

López Obrador fue profundamente crítico de Trump, describiéndolo como un “neo-facista” que ganó la presidencia con un “discurso de odio”. Pero al mismo tiempo ha llamado a oponerse al Presidente de los E.E.U.U. a través de medios legales y democráticos. Exhortó a abogados bilingües a que ayuden a los inmigrantes y sugirió que los medios de comunicación documenten sus experiencias.

“Confieso que soy un optimista” dijo. “El muro y la demagogia no pueden competir con el talento y la dignidad de los Estados Unidos”. Termino con un “¡Viva el estado de California!

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