Tanto Joe Biden como Donald Trump se declararon ganadores de las elecciones el sábado 7 de noviembre, con la diferencia que el demócrata fue quien obtuvo los 270 votos electorales mínimos para cantar la victoria. El líder republicano pasó a ser considerado el presidente saliente, aunque se resiste a reconocer los resultados, denuncia presuntas irregularidades en estados clave y cómo será la transición en la Casa Blanca.
Al cierre de esta edición, el presidente electo había obtenido 290 votos electorales mientras que Trump 217, de acuerdo con el balance de la agencia The Associated Press. Biden manejó con cautela los resultados que llegaron progresivamente, hasta conocer la tendencia irreversible con la definición de Pensilvania.
El exvicepresidente, de 77 años de edad, hizo historia al sumar la mayor cantidad de votos de estadounidenses (más de 77 millones) y ser el presidente electo de mayor edad en la historia del país. Kamala Harris, ahora vicepresidente electa, será la primera mujer de color, hija de inmigrantes en ocupar dicho cargo. Sin embargo, para Trump “la elección está lejos de haber terminado”.
La campaña de Trump ha tomado acciones legales en estados como Pensilvania, Wisconsin, Michigan, Georgia, Arizona y Nevada; al mismo tiempo, William Barr, fiscal general, exhortó a los fiscales federales a investigar con celeridad las acusaciones sobre irregularidades.
A medida que Biden prepara las primeras acciones que tomará en la Casa Blanca, principalmente para atender la emergencia de la pandemia de COVID-19 y la situación económica, se cierran o desarrollan disputas legales en torno a la elección presidencial.
Trump aseguró el sábado 7 de noviembre que miles de votos fueron recibidos de forma ilegal después del cierre de los centros de votación, a las 8:00 pm del martes 3, “cambiando total y fácilmente los resultados en Pensilvania y otros estados”.
Disputas claves
Kathy Boockvar, secretaria de Estado de Pensilvania, precisó que después del cierre de centros de votación se recibieron unas 10 mil boletas por correo en todos los condados; pero la diferencia de votos a favor de Biden es de más de 45 mil. Es decir, incluso si la demanda republicana prospera, y se llegan a descartar los votos que llegaron tarde, Trump no ganaría en la jurisdicción, de acuerdo con The Washington Post.
En Wisconsin, por ejemplo, no se ha proporcionado evidencia de las denuncias por supuestos problemas sistemáticos o generalizados, informó la administradora de la Comisión Electoral del Estado, Meagan Wolfe, en un comunicado emitido la noche del martes 10 de noviembre.
Biden aventaja a Trump por poco más de 20 mil votos en Wisconsin, donde la campaña del presidente prevé un recuento de votos: lo cual procederá si el margen entre ambos es menor al 1%.
La noche del martes 10 de noviembre, la campaña de Trump introdujo una segunda demanda federal en Michigan: exigiendo un fallo de emergencia por la supuesta negación de derechos constitucionales a los electores durante el conteo de votos.
Una primera denuncia, en la que se solicitó detener el conteo de votos en Michigan, fue desestimada. Ahora incluyeron declaraciones de más de 100 testigos, quienes consideran que hubo un inadecuado conteo de boletas, papeletas “emitidas” por personas muertas y errores en el proceso técnico.
Brad Raffensperger, secretario de Estado de Georgia, confirmó el viernes 6 que realizarán un recuento de las boletas debido a un estrecho margen en los resultados. La diferencia de votos es de 12 mil 651 (0,2%), a favor de Biden. Según prevé Efe, los datos finales podrían estar disponibles antes de diciembre.
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La campaña del presidente, el Comité Nacional Republicano y el Partido Republicano de Arizona acudieron a una primera audiencia el lunes a propósito de una demanda en el condado de Maricopa, según publicó Univisión. Acusan a los empleados electorales locales de privar a Trump de miles de votos potenciales.
Sin embargo, el fiscal adjunto de Maricopa, Tom Liddy, argumentó ante el juez que apenas 180 de los votos en persona -de más de 165 mil- podrían tener una potencial irregularidad que los comprometa.
Reacciones
Las denuncias de la campaña de Trump han dividido la posición de líderes republicanos y destacadas figuras. Entre ellos destaca el 43º presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien felicitó a Biden y a Harris el pasado fin de semana por su victoria.
“Aunque tenemos diferencias políticas, sé que Joe Biden es un buen hombre, que ha ganado la oportunidad de liderar y unificar nuestro país. El presidente electo reiteró que si bien se postuló como demócrata, gobernará para todos los estadounidenses. Le ofrecí lo mismo que les ofrecí a los presidentes Trump y a Obama: mis oraciones por su éxito y mi promesa de ayudar en todo lo que pueda”, se lee en un comunicado de Bush.
Al mismo tiempo, consideró legítimos los esfuerzos legales que realiza Trump en los estados clave. Previo a Bush, Barack Obama, Bill Clinton y Jimmy Carter, todos demócratas, felicitaron al presidente y vicepresidente electo.
Mitt Romney, senador por Utah (R), consideró que Trump se equivoca al impugnar las elecciones. A su juicio, el mandatario daña la causa de la libertad tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, debilita las instituciones y enciende “pasiones destructivas y peligrosas”.
Mientras tanto Pat Toomey (R), senador por Pensilvania, comentó: “Las acusaciones de fraude a gran escala y robo de la elección simplemente no están fundamentadas. No estoy al tanto de cualquier fechoría significativa aquí” -en el estado-.
Pero uno de los pronunciamientos inesperados de esta semana fue el de Mauricio Claver-Carone, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), quien felicitó a Biden y le expresó su apoyo para cuando asuma como jefe de Estado.
Claver-Carone fue nominado por Trump como presidente del BID este año y previamente se desempeñó como asistente adjunto del Presidente y director senior de Asuntos del Hemisferio Occidental en el Consejo Nacional de Seguridad de los Estados Unidos.
El legislador Mitch McConnell, quien ejerce el liderazgo de la mayoría republicana en el Senado, por su parte, respaldó el derecho de Trump a investigar las posibles irregularidades y a tantear acciones legales. De momento, no ha reconocido al presidente electo.
Primeras acciones, ¿qué esperar de Biden?
En Wilmington, Delaware, Biden expresó en su discurso de victoria el sábado 7: “A quienes votaron por el presidente Trump, entiendo su decepción (…) Yo mismo he perdido un par de elecciones. Pero ahora, démonos una oportunidad. Es hora de dejar de lado la dura retórica. Bajar la temperatura, para volver a vernos. Escucharnos de nuevo”.
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Biden prometió ser un presidente que unirá al país. Mantiene un discurso conciliador y ha sido enfático en respetar medidas como el distanciamiento social y uso de mascarillas para combatir el COVID-19, lo cual será esencial desde el primer día en la Casa Blanca. Ya designó un grupo de expertos que trabajará en lo referente a la pandemia.
Al mismo tiempo, el líder demócrata prevé dar un drástico giro a políticas que tomó Trump en ámbitos como la inmigración: protegerá a beneficiarios de programas como la Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA), el Estatus de Protección Temporal (TPS) y aprobará un estatus con estas características para venezolanos.
También espera terminar con la separación de familias, revertir juicios a inmigrantes por infracciones menores, cesar las detenciones prolongadas, revocar la regla de carga pública y aumentar los recursos humanitarios en la frontera, entre otras acciones. Aunque su propuesta migratoria dependerá del Congreso, durante la campaña prometió dar la ciudadanía a casi 11 millones de personas.
Próximo 20 de enero
Esta semana se conoció que el equipo de Biden analiza tomar acciones legales para forzar la transición entre el mandatario saliente y el nuevo presidente. El 20 de enero de 2021 es la fecha establecida para la toma de posesión del cargo.
La transición está a cargo de la Administración de Servicios Generales (GSA), dirigida por Emily Murphy, quien fue nombrada por Trump. Los demócratas esperan que la agencia confirme la victoria de Biden y comience los protocolos, sin embargo, con la negativa del presidente a conceder la victoria es un paso que está en vilo.
Biden tildó de vergonzoso que el presidente saliente dificulte la transición, pero al mismo tiempo cree que no habrá problemas en ello. Por otro lado, Mike Pompeo, secretario de Estado, se pronunció confiado en que el 20 de enero habrá una “transición sin problemas a una segunda administración Trump”.
