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La pandemia del COVID 19 ha llevado a la educación al ámbito digital, por lo que ha forzado a los profesores a impartir clases en una modalidad en la cual no están preparados. Sin embargo, esto ha mostrado las costuras ya existentes en el campo educativo que influyen en el aprendizaje de los alumnos.

Conversamos con dos profesoras que daban clases en el campus universitario, pero de alguna u otra manera, llegaron al mundo de las clases online y han dedicado parte de su vida a ella: Deborah Adair, directora ejecutiva de Quality Matters, una organización que vela por que los cursos online sean impartidos de manera efectiva. Y Barbara Oakley, una ingeniera y fundadora del curso más popular de coursera “aprendiendo a aprender”.

La educación online tiene sus métodos y estrategias para que funcione correctamente, estas expertas dan las claves para que los profesores hagan sus clases como si fuese un curso online profesional. “No se trata solo de tecnología, se trata de cómo repensar los objetivos educativos en términos tecnológicos. Tampoco importa que tan expertos en materia digital sean los estudiantes, tienen que ser orientados durante las clases”, explicó Adair. La profesora Deborah se dedicó a las clases online ya que cuando comenzó en este mundo se dio cuenta de que si no lo hacía correctamente, no se iban a lograr los objetivos, y por ello, en Quality Matters, explica unos fundamentos que cada curso o clase digital debe seguir para que sea efectivo. Uno de los principios es que el material sea fácilmente navegable ya que en el internet los estudiantes deben tener una orientación sobre dónde pueden conseguir la información que necesitan. Otro punto es tener recursos alternativos, como documentos y videos. Tener objetivos ajustados al nivel de conocimiento de los estudiantes e igualmente asignar tareas que puedan manejar dependiendo de lo que hayan aprendido. Y un último dato importante es entender que cada aprendizaje es una fase que debe completarse.

“La educación online no se trata de enviar material y tareas por internet y dejar que los estudiantes resuelvan”, explica Adair. “El secreto para que el estudiante sea exitoso es que sea activo durante las clases online. Y hasta que no existan planes estructurados en el sistema para este tipo de educación, los estudiantes deben preguntar y decir sus necesidades”.

Con respecto a los cambios que deben surgir en la educación, Barbara Oakley, cree que los profesores deben entender conceptos básicos de neurociencia. “La práctica de recuperación”, es una de las estrategias que Oakley recomienda para aprender. Esta se basa en recordar y recuperar información deliberadamente ya que nos obliga a extraer nuestro conocimiento y examinar lo que sabemos.Por ejemplo, recordar una respuesta a una pregunta de ciencias mejora el aprendizaje en mayor medida que buscar la respuesta en un libro de texto. “Esta es la razón por la cual releer párrafos no funciona, allí solo estas usando la memoria y no estás absorbiendo la información”, dijo Oakley.

Barbara Oakley es la fundadora del curso más famoso de Coursera, “Aprendiendo a aprender”, impartido junto a la Universidad de San Diego, y la cual está disponible en español, inglés y portugués. En el curso explica dos modos de pensamiento que son importantes a la hora de aprender: El enfocado, y el difuso. El modo de pensamiento enfocado es más o menos lo que dice su nombre. Cuando te estás concentrando en algo, ya sea disparar una pelota o resolver un problema matemático, tu cerebro funciona en el modo enfocado. Es un estado altamente enfocado del cerebro que utiliza la corteza prefrontal, también conocida como la parte del cerebro que es responsable de la atención, la memoria a corto plazo, la toma de decisiones y la ejecución de tareas.

El modo enfocado es el modo activo cuando intentas aprender o practicar algo. Es el modo que le permite a su cerebro profundizar en el tema en cuestión, aprender material nuevo y ejecutar tareas específicas. El modo enfocado de pensamiento está conectado con el concepto de práctica deliberada.

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Por otro lado, el modo difuso es un estado de pensamiento más relajado y no está conectado con ninguna parte particular del cerebro. Este modo se trata de hacer conexiones subconscientes e inconscientes en su cerebro, lo que permite la comprensión de conceptos nuevos y abstractos, así como el enfoque de un problema desde diferentes ángulos.

Debido a este movimiento libre en el cerebro, el modo difuso se enfoca en la amplitud de los pensamientos y las conexiones neuronales, en lugar de la profundidad. Es en este modo que su cerebro conecta la comprensión de diferentes disciplinas y permite la creación de modelos mentales diversos y robustos. Muchos profesores se enfocan en el modo enfocado, por ejemplo, en las ciencias, lo cual puede hacer que las personas se cansen y no puedan resolver el problema.

Los modos de pensamiento no están relacionados al lado izquierdo o derecho del cerebro, ya que eso es un mito. Ya la neurociencia ha aclarado que para todas las actividades usamos ambos lados de nuestro cerebro, y para aprender también. Aunque puedan parecer conceptos complicados en realidad no lo son, y dan la clave para comprender por qué los aprendizajes no funcionan, por qué los estudiantes no prestan atención y por qué la educación falla. “No podemos dejarnos llevar por el pensamiento positivo de que si los estudiantes quieren hacerlo, lo lograrán sin más, hay que darles las estrategias y caminos para que realmente lo puedan hacer”, dijo Oakley.

La recomendación de Oakley para que los estudiantes se concentren es usar la técnica «Pomodoro» en el que se usa un temporizador para dividir el tiempo en intervalos llamados pomodoros, de 25 minutos de actividad y concentración, seguidos de 5 minutos de descanso, con pausas más largas cada cuatro pomodoros. “El regalo es el descanso, y así enseñas a tu mente que debe concentrarse para ganárselo”, dice Oakley. “Para lograrlo deben deshacerse de todo tipo de distracciones como los teléfonos”.

En cuanto a los retos que afrontamos en el sistema educativo, Oakley cree que es muy difícil tener una educación que sirva para todos, que sea inclusivo, que lidie con todo tipo de capacidades y discapacidades. “Hay personas que les va mejor en el mundo online, pero también hay estudios que sugieren que las escuelas con tecnología tienen los alumnos con peores notas”.

Por otro lado, Deborah Adair, cree que la educación online será más común en el mundo post pandemia, y el uso de tecnología también, pero considera que el método debe ser híbrido: físico y online. “Creo que cuando esto acabe existirán legislaciones y recursos financieros con respecto a la educación online”, dijo Adair.

Ambas consideran que los profesores están haciendo un esfuerzo sobrehumano en esta época de pandemia para lograr que sus alumnos comprendan todos los objetivos de la clase. “Quiero recordar a los profesores que nunca pueden ser efectivos con todos los estudiantes por más esfuerzo que hagan. “Si lograste tener la atención de 90 por ciento de tus alumnos, eres efectivo”, aseguró Oakley.

La verdad es que ser profesor es un reto, y más ahora. “Los padres se están dando cuenta los importante que son los maestros, probablemente esa es una de las lecciones que nos está dejando la pandemia. Los hace pensar sobre los retos que enfrentan los educadores todos los días en clases”, finalizó Adair.

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