La temporada no había comenzado aún para los Medias Rojas. Quizás fuera por la larga gira, porque faltaba el aplauso de su público o porque es ahora que reciben sus anillos de campeones. Como sea, los ganadores de la Serie Mundial vuelven a su dulce hogar, el Fenway Park, con el anhelo de empezar, ahora sí, la campaña de la reconquista.
La tropa que dirige el puertorriqueño Alex Cora saldó con tres victorias y ocho derrotas su extenso recorrido por la Costa Oeste y el centro de los Estados Unidos. Fueron 11 encuentros en su mayoría irreconocibles, por tratarse de un equipo que prácticamente ganó de punta a punta en 2018.
Cora y los suyos regresaron a Boston con un manojo de dudas por resolver. Ya habrá tiempo para ver qué ocasionó tan temprana debacle. El calendario es largo. Hay tiempo para revertir esa relación de apenas 46 carreras anotadas y 72 permitidas, que sumieron en la ansiedad a los seguidores de la divisa más laureada en el siglo 21.
La vuelta a casa tiene motivos adicionales para hacer fiesta. Dustin Pedroia, el veterano ausente en los encuentros de la pasada postemporada, salió de la lista de lesionados y vuelve a estar disponible para defender la segunda base y ensanchar el lineup.
Con Chris Sale al frente, recuperado de molestias físicas que afectaron su anterior salida, y con Nathan Eovaldi, Eduardo Rodríguez, Rick Porcello y David Price, después, los patirrojos inician el camino que, esperan todos sus parciales, conduce a la reconstrucción y la fiesta.
Aún hay tiempo para celebrar. Los Medias Rojas juegan en el Fenway Park. Ya habrá tiempo mañana para cualquier preocupación.
