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La atención médica comienza donde vivimos, trabajamos y jugamos. Una vida saludable depende de una variedad de factores, incluidos un hogar estable, capacidad de comprar alimentos nutritivos, acceso al transporte y poder consultar a un médico cuando es necesario. Desafortunadamente, en todo el país (y en el mundo) existen muchas condiciones económicas y sociales que influyen y contribuyen a las diferencias en el estado de salud. Estos «determinantes sociales de la salud» significan que, si bien un grupo de personas puede estar preocupado por comprar alimentos orgánicos libres de transgénicos, a otro grupo le preocupa simplemente poder comer algo. Las necesidades humanas más básicas deben cumplirse antes de abordar los problemas de salud. Si una persona no tiene comida o un lugar seguro para dormir, sus prioridades pueden cambiar y el tratamiento de enfermedades crónicas, por ejemplo, podría no estar en el primer puesto de la lista.

Las diferencias sociales de la salud juegan un papel importante en la forma en que las personas cuidan sus necesidades físicas, mentales y de atención médica. Estos factores incluyen: disponibilidad de recursos para satisfacer las necesidades diarias, como viviendas y tiendas de comestibles seguras o un suministro de alimentos; acceso al transporte; apoyo familiar y comunitario; calidad del medio ambiente; acceso a la educación y oportunidades de empleo; seguridad pública; condiciones socioeconómicas, incluyendo la discriminación y la pobreza; acceso a la tecnología; las barreras del idioma y complejidades de salud mental o discapacidades físicas.

Algunas veces, los pacientes solo experimentan uno o dos de estos factores, pero para muchos, los determinantes sociales de la salud pueden actuar como un efecto dominó. Aquellos que viven en situaciones socioeconómicas precarias tienen más probabilidades de experimentar varios factores diferentes al mismo tiempo. Es por eso que es tan importante que nosotros, que trabajamos en la atención médica, nos esforcemos por «encontrarnos con los pacientes donde estén».

Con el uso de un enfoque de colaboración y holístico, los trabajadores de la salud y los especialistas de salud conductual pueden identificar y abordar cualquier barrera que tenga el paciente para lograr su bienestar general. Al trabajar con el paciente para tratar un problema a la vez, los prestadores pueden construir una relación de confianza y ayudarlo a sentirse más seguro sobre su situación general. Una vez que se satisfacen las necesidades más básicas, los pacientes en general están más abiertos a trabajar en sus preocupaciones médicas.

Cuando un prestador de atención pasa tiempo con un paciente en su residencia o ubicación preferida, está mejor equipado para comprender la situación general en la vida de esa persona. Un viaje rápido al consultorio de un médico o a la sala de emergencias es mucho menos probable que proporcione un panorama general de la vida en el hogar de un paciente. Este enfoque personalizado permite a los equipos de atención desarrollar metas realistas y alcanzables a corto y largo plazo como parte de un plan de atención centrado en el paciente. Muchas veces, aquellos que viven con complejidades de salud mental o conductual, o los pacientes con una desconfianza general del sistema de salud pueden verse abrumados en entornos médicos tradicionales, lo que en última instancia puede conllevar a una aversión a obtener tratamiento.

Los resultados más exitosos de salud se producen cuando los prestadores de atención entienden y tienen en cuenta las prioridades de un paciente, trabajan en colaboración dentro de una continuidad de atención para apoyar las metas del paciente, utilizan un tratamiento holístico e integran servicios de salud conductual o apoyos con atención primaria. De esta forma, los planes de atención son impulsados por la disposición del paciente para el cambio y su deseo de mejorar su situación social, psiquiátrica o física.

Cada plan de atención se puede revisar y ajustar según cambien las necesidades y las prioridades. Si bien una persona puede no tener el control total de su entorno externo, una vez que se identifican los determinantes sociales de la salud, el equipo de atención puede trabajar para aumentar las posibilidades del paciente en cuanto a obtener resultados de salud exitosos. Al final, el objetivo de la atención al paciente es mejorar el bienestar general, proporcionar un mejor y más fácil acceso a la atención y verdaderamente empoderar a las personas para que realicen cambios por sí mismas, apoyándolas en el camino.



Brianna Kiernan, MSN, NP-C

Brianna Kiernan, MSN, NP-C

Brianna Kiernan, MSN, NP-C es enfermera con práctica médica familiar y jefa de enfermeras de Commonwealth Care Alliance www.commonwealthcarealliance.org, una organización de atención médica comunitaria, sin fines de lucro, dedicada a mejorar la atención de personas con complejas necesidades médicas, de salud conductual y sociales, incluidas personas con discapacidades.

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