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El mundo de la industria de restaurantes cada vez crece más, y a pesar de que la gastronomía suele estar asociada al lujo y la alta cocina, es un sector que sufre grandes fallas en el sistema que los empleadores utilizan para pagarle a sus trabajadores. Además, que está apoyado en una ley federal que promueve y perpetúa la injusticia salarial.

Este fue el tema que se discutió en el evento «Mujeres en la fuerza de trabajo» organizado por el Centro de Oportunidades para Restaurantes (ROC). A la conversación se sumaron panelistas como Sharon Block, Executive Directora del programa Labor & Worklife en Harvard; Fatima Goss Graves, CEO de National Women’s Law Center; Senadora, Cindy Friedman, y Marisol Santiago, Directora of ROC (Centro de Oportunidades para Restaurantes) en Boston.

ROC ha realizado múltiples investigaciones sobre el estado en el que se encuentra la mujer en el trabajo de restaurantes. Cerca de 11 millones de personas conforman la fuerza de trabajo en la industria de restaurantes, pero a pesar del crecimiento ocupa el sexto lugar de los 10 trabajos peor pagados, según la Oficina de Estadísticas del Trabajo (The Bureau of Labor Statistics). Las mujeres son el 52% de la fuerza de trabajo, pero un 62% está en la industria de restaurantes, generalmente, como camareras, con un pago basado en propinas, en vez, de recibir sueldo mínimo por parte de sus empleadores.

Es importante distinguir que las personas que ganan dinero bajo el modelo de propinas conocido como Tipped subminimun wage dependen del dinero que sus clientes les den. Ese es su sueldo y no un abono extra como la mayoría de los consumidores piensa. A diferencia del sueldo mínimo, donde la administración del local se encarga de pagar el sueldo correspondiente al empleado.

La problemática radica en que es justamente esta dependencia que lleva a muchas mujeres a tolerar malos tratos y comportamientos indebidos. Entre ellos, acoso sexual, trabajo fuera del horario sin pago extra, peligros en la cocina, acceso denegado a breaks o bajas por enfermedad.

«Nos cuesta hablar del tema porque nos consideramos un estado progresista, pero debemos enfrentar la situación que esta padeciendo la mujer para construir un mejor futuro laboral», comentó Fatima Groves, CEO de National Womans Law Center.

El acoso sexual fue uno de los puntos resaltados en el panel. La comisión de Oportunidades Igualitarias de Trabajo (EEOC) ha reportado que el 37% del acoso en el trabajo viene de este sector. Miembros de ROC que abogan y luchan por la igualdad de pago y respeto a la mujer en el trabajo contaron sus historias en el evento. Rachel Collins es una de ellas y afirmó que las mujeres no quieren reportar actos indebidos por miedo a perder su trabajo, cambio de rol a uno inferior, o disminución de turnos, lo que significa menos propinas. Marie Billiel, es otro miembro, y contó los abusos que ha vivido por parte de clientes y colegas como besos en su cuello sin su consentimiento, y piropos fuera de tono.

Sin embargo, este no es el único problema. Estas trabajadoras son más propensas de vivir en pobreza, sobre todo si no son blancas. Ocupan una posición vulnerable en el panorama de empleos porque la ley federal permite un pago discriminado entre los que reciben propinas y los que no, ya que los últimos reciben un salario mínimo de $2,13 por hora en Massachusetts. En contraste, con otros estados que han logrado que sean pagados con un sueldo más alto y sin propinas como en Seattle y San Francisco.

Desde el 2016, existe una campaña llamada ONE FAIR WAGE que aboga por la causa integrado por trabajadores bajo propinas, defensores de igualdad de la mujer, lideres comunitarios, legisladores progresistas, entre otros. Todos los individuos que forman parte de la campaña han apoyado THE WAGE ACT para eliminar el salario bajo propinas e incrementar el salario federal a 12 doláres para 2020. También, hay otra acta llamada The Pay Workers a living Wage Act para lograr lo mismo, pero con un aumento mayor de 15 dólares para 2020.

ROC Boston acaba de enviar una carta a la gobernación en respaldo a los inmigrantes, debido a que la gran mayoría de empleados en restaurantes son parte de esa comunidad, y por ello han denunciado los ataques del presidente Trump. ROC pide que en el estado las políticas permitan un ambiente cordial permita que los trabajadores sigan contribuyendo a la industria y a la economía nacional. «Creemos que necesitamos agilizar los procesos para obtener la residencia americana y aprobar el acta de comunidades seguras. Proponemos que más personas tengan acceso a trabajos con mejores pagos. Por eso le pedimos al Gobernador Baker y a la Asociación Nacional de Restaurantes que respete la labor de los inmigrantes», dice parte del texto.

Los legisladores en estados como Massachusetts, Connecticut, New Hampshire y Pennsylvania están tratando de procesar la legislación correspondiente. «Es muy difícil que la misma mujer vote por una mujer en la política, así de marcada está nuestra cultura. Pero, si queremos progresar como mujeres nos debemos apoyar más, y por eso apoyaré todas las legislaciones que beneficien a las mujeres», afirmó Cindy Friedman, Senadora del distrito 4 de Middlesex. Finalmente, se hizo un llamado a la comunidad para que llamen a sus legisladores estatales y expresen sus preocupaciones en el tema lo cual ayudará que se apruebe la legislación One Fare Wage que beneficiaría a las trabajadoras.

Las políticas que ROC recomienda que se deberían llevar a cabo por parte de los locales son:

Incrementar el salario minimo y eliminar las propinas

Incrementar y concientizar sobre la importancia de dar bajas de enfermedad cuando sea necesario

Eliminar la segregación racial dentro del trabajo por el patrón que se ha observado en el que las personas de color tienden a estar dentro del reciento, y los blancos en contacto con los clientes.

Promover los ascensos de roles y de posición dentro de la jerarquía del restaurant.

ROC tendrá una audiencia pública este 18 de septiembre donde expondrán la problemática.

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