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Rusney Castillo espera con ansias el inicio de su primera temporada completa en Grandes Ligas el próximo mes de abril, en particular con las amplias mejoras que han realizado los Medias Rojas de Boston para colocarse como favoritos para dominar el Este de la Liga Americana.

«He visto los cambios que han hecho y sé que son decisiones de los gerentes para prepararse para llegar a la Serie Mundial, que es lo que está buscando Boston», dijo Castillo a ESPNDeportes durante su estadía en Puerto Rico para jugar con los Criollos de Caguas en la pelota invernal.

Castillo está particularmente emocionado de tener la posibilidad de jugar en los jardines junto al toletero dominicano Hanley Ramírez y al estelar tercera base venezolano Pablo Sandoval, quien ganó la pasada Serie Mundial con los Gigantes de San Francisco.

«Se está viendo otro equipo, con vistas a llegar al final. El contrato de Hanley Ramírez y de Pablo Sandoval son piezas importantes en el equipo y es una emoción grande», agregó.

No obstante, el cubano admitió que la salida de su compatriota Yoenis Céspedes en un canje con los Tigres de Detroit a cambio del derecho Rick Porcello fue un duro golpe para él, aunque comprende que todo es parte del negocio del béisbol, en particular en un equipo con un exceso de talento en los jardines y con necesidad de adquirir pitcheo abridor.

Las últimas noticias de que habrá cambios en la relación política entre los Estados Unidos y Cuba han sido también un gran motivo de celebración para Castillo y sus demás compatriotas en Grandes Ligas, en particular por la eventual posibilidad de que se le abran las puertas a la adquisición de mayor talento cubano.

«También estoy muy contento con esa noticia», afirmó Castillo sobre la apertura de los canales de comunicación entre ambas naciones. «Quizás se demore un poco de tiempo para que más cubanos puedan jugar en Grandes Ligas, pero nosotros siempre decimos que el cubano tiene la calidad para jugar en Grandes Ligas, y llegó el momento para Cuba».

El jardinero de 27 años, quien firmó el mayor contrato jamás adjudicado a un pelotero cubano en Grandes Ligas tras llegar a un acuerdo de siete años y $72.5 millones de dólares el pasado mes de agosto, debutó en el jardín central en el legendario Fenway Park en septiembre, donde jugó en 10 partidos y bateó para un promedio de .333 con dos cuadrangulares y seis carreras impulsadas.

Los Medias Rojas entonces decidieron que continuaría su preparación en la Liga de Otoño de Arizona, donde sufrió una lastimadura menor en el pulgar, antes de trasladarse a Puerto Rico para trabajar durante la pelota invernal, culminando su participación con un impresionante promedio de .405 en 10 partidos, con 15 hits en 37 turnos, uno de ellos un cuadrangular.

www.diariorepublica.com

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